"Nuestro instituto trabajaba en dos campos, productos farmacéuticos, como el desarrollo de fórmulas químicas para medicamentos contra el cáncer, ya que durante siete años de guerra debido al embargo impuesto por EEUU y la UE, Siria no podía importar medicamentos contra el cáncer", contó Said.
En segundo lugar, dijo, producíamos medicamentos para los hospitales en toda Siria, como sueros y antídotos contra el veneno de serpientes y picaduras de escorpiones.
Acotó también que el centro fue completamente destruido, no quedó nada del laboratorio de alta tecnología de análisis químicos que recibió el certificado de calidad ISO y emitía certificados de calidad para todos los materiales fabricados en Siria.
Concretó que en 2013, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) revisó cinco veces el centro y emitió dos informes sobre la inexistencia de trabajos de elaboración de armas químicas en esta entidad.
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EEUU, el Reino Unido y Francia atacaron el 14 de abril unas instalaciones sirias que supuestamente eran utilizadas para fabricar armas químicas.
El Ministerio de Defensa ruso estima que EEUU y sus aliados emplearon en el ataque contra Siria 103 misiles de crucero, bombas guiadas y misiles aire-tierra lanzados desde buques y aviones de combate emplazados en el mar Rojo, el Mediterráneo y la zona de Al Tanaf, y que la defensa antiaérea siria interceptó 71 proyectiles con los sistemas de fabricación rusa S-125, S-200, Buk, Kvadrat y Osá.
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El presidente ruso, Vladímir Putin, condenó en términos enérgicos el ataque que calificó de una agresión de EEUU y sus aliados contra "un Estado soberano que está en la primera línea de la lucha contra el terrorismo".