Al comparecer ante periodistas en el Pentágono, el titular de Defensa afirmó que el ataque, dirigido contra las infraestructuras de investigación, desarrollo y producción de armas químicas en Siria, fue "más duro", casi dos veces más poderoso que el lanzado a la base de Shairat el 7 de abril de 2017.
Al mismo tiempo, el secretario de Defensa dijo que fue un golpe puntual.
"Por el momento, no planeamos nuevos ataques", afirmó.
Con respecto al supuesto derribo de algunos misiles durante el ataque el titular del Pentágono dijo que "por el momento no hay informes de bajas" del lado de los aliados.
Más temprano, una fuente dijo a Sputnik que las unidades de defensa antiaérea habían interceptado más de 20 misiles.
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