"Tenemos datos irrefutables de que se trata de otro montaje más y de que en este están implicados los servicios especiales de un Estado, que ahora anhela estar en la vanguardia de la campaña rusófoba", dijo a la prensa.
"[La misión] debe llegar a Damasco mañana por la mañana [13 de abril], y esperamos que sin demorar se dirija a Duma, donde nuestros especialistas que examinaron este lugar no encontraron confirmación alguna del uso de armas químicas — cloro o cualquier otra", dijo.
Sin embargo, Rusia y EEUU mantienen contactos militares sobre la situación en Siria, declaró Serguéi Lavrov.
"En cuanto a los canales de comunicación que aún funcionan, es decir conversaciones de los presidentes y canales bastante frecuentes de los militares, se mantienen en este formato", dijo Lavrov en una rueda de prensa al comentar la pregunta correspondiente.
"Debe haber contactos entre diplomáticos, esto implica que es necesario utilizar métodos diplomáticos entre los cuales no figuran los ultimátums y las amenazas", expresó.
Grupos de la oposición armada y ONG relacionadas con ellos acusan a las tropas gubernamentales sirias de haber arrojado el 7 de abril un barril con gas cloro sobre Duma, en Guta Oriental, hecho que Damasco niega rotundamente.
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Rusia sostiene que el supuesto empleo de agentes tóxicos en Duma es "un montaje" e insiste en esperar a que los expertos de la OPAQ lleven a cabo una investigación sobre el terreno.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó previamente con lanzar misiles contra Siria en represalia por el presunto ataque químico, aunque declaró este 12 de abril que su país atacará cuando lo crea conveniente.
Según el Ministerio de Exteriores de Rusia, las falsas denuncias de ataques químicos buscan justificar una intervención militar en Siria.
La Cancillería advirtió que Rusia responderá al posible ataque contra Siria si los ciudadanos rusos que se encuentran allí se ven amenazados.
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Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a facciones armadas de la oposición y grupos terroristas.
La solución del conflicto se busca en dos plataformas, la de Ginebra, bajo los auspicios de la ONU, y la de Astaná, patrocinada por Rusia, Turquía e Irán.