"¡Apártate que tenemos que callarle la boca!", habría dicho uno de los asesinos antes de disparar contra Pereira en un barrio de la zona oeste de la ciudad, según el relato de testigos a la Policía Militar recogido por el diario local Extra.
Siciliano está presuntamente vinculado con la milicia de Río de Janeiro, y ya apareció citado en un informe que la Policía Civil realizó en 2014 sobre el creciente poder de los milicianos en las elecciones de ese año en el barrio de Jacarepaguá, en la zona oeste de Río.
Así pues los indicios apuntan a que el asesinato de Pereira tendría como motivación evitar que ofreciera a la policía informaciones que comprometieran a este concejal o a su entorno.
La concejala murió de varios tiros en la cabeza junto al conductor del vehículo en el que viajaba, Anderson Gomes.
Su asesinato causó una fuerte conmoción, provocando una ola de solidaridad en Brasil y en todo el mundo.
Organizaciones internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional exigieron una investigación rápida, rigurosa y transparente de lo ocurrido.