También el cristianismo oriental basa sus cálculos en el calendario juliano,introducido por Julio César en el siglo I antes de Cristo y vigente para las celebraciones religiosas de la Iglesia ortodoxa rusa, por lo que su festejo cuenta la primera luna llena tras el equinoccio del 21 de marzo. En cambio, los católicos se guían por el calendario gregoriano.
En occidente los católicos y protestantes otorgan más importancia a la fiesta de Navidad por el nacimiento de Jesús, y la Pascua está circunscrita a misas religiosas que se celebran como de costumbre, aunque con un toque de festividad.
En países hispanos, y en particular en España, las procesiones ponen fin a la celebración de la Semana Santa y tienen como momento más destacado el encuentro entre las imágenes de la virgen María y Jesucristo resucitado.
Sin embargo, el intercambio de huevos de Pascua y su tradicional decoración, es una tradición culinaria común para quienes celebran esta tradición religiosa. Los huevos, asociados a la fertilidad como los conejos y a la llegada de la primavera, fueron de azúcar en sus inicios y desde hace unos cinco siglos pasaron a ser de chocolate.
En los países de tradición ortodoxa se intercambian huevos de color carmesí para recordar la sangre de Jesucristo. En Rusia son famosos los huevos y los 'kulich', un bizcocho tradicional de pascua también muy popular en otros sitios de Europa.
Además, es tradicional preparar un dulce de Pascua que lleva requesón, pasas y especias con forma de pirámide para simbolizar el Santo Sepulcro. Son muy populares los juegos caseros donde se chocan los huevos para comprobar su fortaleza y los elogios a las decoraciones más originales.
A pesar de las diferencias, el Papa de Roma y el patriarca de Moscú suelen felicitarse durante estas fechas, ya que el regreso a la vida es una de las garantías de la fe cristiana.