La semana pasada, la primera ministra británica, Theresa May, anunció que su país reducirá el nivel de su delegación oficial en el Mundial de Rusia y que no asistirán altos cargos ni miembros de la Familia Real.
"Nuestros socios y colegas se castigarán a sí mismos (…) La organización será excelente, será el mejor campeonato del mundo y los esperamos a todos, pero si alguien no quiere venir es su asunto", dijo Dvorkóvich quien preside el comité organizador del Mundial de Fútbol Rusia 2018.
Según agregó, los boicots "no terminan con nada bueno".
El 4 de marzo, el exagente de inteligencia ruso y espía británico Serguéi Skripal y su hija Yulia fueron hallados en estado inconsciente cerca de un centro comercial en la ciudad de Salisbury, al sudoeste de Inglaterra.
Ambos continúan en estado crítico y están siendo tratados por una posible exposición a una sustancia química de acción neuroparalizante.
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Theresa May se apresuró a acusar a Moscú de estar detrás del envenenamiento de los Skripal y ordenó la expulsión de 23 diplomáticos rusos.
Cuatro años después, el ex coronel ruso fue canjeado junto a otros dos espías por diez personas detenidas en Estados Unidos.
El Reino Unido le acogió y le concedió ciudadanía, según lo confirmó la Scotland Yard.
Serguéi Skripal vivía en el Reino Unido abiertamente, y nunca cambió de identidad.
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El Mundial de Fútbol 2018 se celebrará del 14 de junio al 15 de julio en 11 ciudades rusas: Moscú, San Petersburgo, Kaliningrado, Kazán, Volgogrado, Nizhni Nóvgorod, Samara, Saransk, Ekaterimburgo, Rostov del Don y Sochi.