De manera general, distintos expertos consideran que el repentino aumento del sentimiento antirruso por parte del Gobierno y de los medios de comunicación británicos está relacionado con los objetivos de la política exterior del Reino Unido. Tales actos crean la imagen de un "enemigo ruso", lo que justificaría un intervencionismo continuo y creciente en todo el mundo, en un momento en que las intervenciones occidentales han sido cada vez menos exitosas en los últimos años.
- Contexto global
Robinson, quien ocupa el cargo máximo en la cátedra de Política y Sociedad y Periodismo Político de la universidad británica, consideró que la situación en Siria desempeña un importante papel en las actuales relaciones británico-rusas.
En un panorama más amplio, en términos geopolíticos, es posible observar una "campaña para demonizar a Rusia" con el fin de alcanzar los objetivos globales occidentales. Durante los últimos 17 años, Occidente ha estado involucrado en una estrategia de cambio de regímenes bastante agresiva, principalmente en Oriente Medio, apuntó.
Le puede interesar: Rusia mantiene su propuesta de entablar un diálogo con Londres sobre el caso Skripal
Para Robinson, la posición del Reino Unido puede ser percibida, históricamente, como una respuesta a las preocupaciones acerca de la emergencia de China y el posible resurgimiento de Rusia en el escenario internacional.
"La posición de Occidente en este momento es relativamente débil. Si fracasan en Siria, ese será el primero de los países que han intentado derrocar donde han fallado. Existe un gran incentivo en representar a Rusia como un villano para distraer la atención de la creciente conciencia del público occidental sobre lo que Occidente ha estado haciendo durante los últimos 17 años", detalló.
- Contexto interno
El 14 de marzo, el líder laborista británico, Jeremy Corbyn, pidió pruebas de la procedencia del gas nervioso empleado en el ataque a Skripal después de que la primera ministra, Theresa May, lo denunciara como "acto ilícito de fuerza del Estado ruso contra el Reino Unido".
Lea más: Corbyn pide pruebas a May del origen del gas nervioso
Los medios de comunicación británicos dedicaron especial atención a lo que consideraron el aislamiento de Corbyn debido a su posición. El profesor Robinson agregó que la "narración de la subversión rusa" está cumpliendo cada vez más una función nacional de marginar las voces disidentes en las democracias occidentales.
Robinson considera que este es un punto en el que muchas voces ya sean de la izquierda, de la derecha o contrarias al 'establishment', han señalado que los que critican la economía o política exterior, son cada vez más catalogados como "defensores de Putin" o "títeres del Kremlin", entre otros calificativos.
"El cuestionamiento y la disidencia se ven marginados por el uso del 'si no estás con nosotros, entonces estás con los rusos'", concluyó.