Entre gritos de "Marielle, presente" y proclamas contra la violencia policial, miles de manifestantes que se concentraban a las puertas de la Cámara Municipal abrieron paso de forma espontánea al cortejo fúnebre.
Franco, de 38 años, estaba en su primer mandato como concejala por el izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y había destacado por su lucha en favor de los derechos de las mujeres, los negros y habitantes de las favelas y suburbios, así como por sus fuertes críticas a los abusos de la policía.
Su partido y organizaciones como Amnistía Internacional, Humans Rights Watch y la ONU pidieron una rápida investigación dado que las circunstancias de su muerte apuntan a que no se trató de una ejecución planeada.
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