"Es una gran oportunidad económica pero también es una oportunidad de naturaleza social para los pequeños campesinos", dijo el ministro de Justicia, Enrique Gil Botero, según declaraciones difundidas por su despacho.
Asimismo, agregó que el desarrollo de cultivos para uso medicinal como el cannabis también puede ser implementado con otras plantas como la coca y la amapola, de las cuales "se pueden derivar productos industriales y farmacológicos en bien de la humanidad".
Asimismo, explicó que en la actualidad el Gobierno colombiano trabaja en otorgar las licencias respectivas para los cultivos, de manera tal que quienes las obtengan generen la transformación en productos farmacológicos para exportación.
El Gobierno colombiano calcula que de la totalidad de plantaciones de cannabis destinadas a uso medicinal, alrededor del 10% provendrá de pequeños productores, una cantidad representativa si se tiene en cuenta que el país tiene otorgado un cupo de producción de unas 40 toneladas de cannabis medicinal.
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Gil Botero subrayó que la legislación colombiana se ajusta a los tratados internacionales sobre drogas, lo cual permite este tipo de cultivos bajo supervisión del Estado siempre que estén destinados a fines médicos.