La película está ambientada a mediados de la década de 1960, cuando una mujer de la limpieza muda que trabaja en un laboratorio científico se enamora de un hombre anfibio atrapado por los servicios de inteligencia estadounidenses y le ayuda a escapar.
El director confiesa haberse inspirado en la película de terror clásica 'El monstruo de la laguna negra', pero casualmente su cinta también guarda paralelismos con un famoso éxito de taquilla soviético de 1961: 'El hombre anfibio'. La semejanza se debe especialmente a la trama de amor entre una chica normal y un 'diablillo del mar', aunque Del Toro afirma no haber visto la película soviética.
El reciente éxito de Hollywood y el antiguo filme soviético se asemejan en diversos aspectos, sobre todo en que son dos historias de amor entre personas de mundos diferentes, en este caso el terrestre y el subacuático.
Un día, el joven, temido por los pescadores locales y conocido como el 'diablillo del mar', salva a la hija de un pobre pescador de perlas, Guttiere, y se enamora de ella locamente.
Ambas películas son relatos de un amor utópico, pero las técnicas artísticas son diferentes. Mientras que en 'La forma del agua' los personajes no pueden llamarse guapos, el melodrama soviético es protagonizado por 'sex symbols' de la época como Vladímir Kórenev y Anastasía Vertínskaya.
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El entorno que rodea a las dos historias de amor es también muy distinto. En la película de Del Toro, el ambiente está dominado por misteriosos interiores sombríos, mientras que en 'El hombre anfibio' todo es Sol y aguas de color turquesa.
Asimismo, solo en una de las dos cintas a los enamorados les espera un final feliz. Pero lo más importante, quizás, es lo que tienen en común ambos éxitos: una historia de amor hermosa y conmovedora.