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Añoranza soviética: generaciones de cubanos recuerdan los 'muñequitos rusos' (vídeos)

La añoranza soviética de los cubanos responde a una época de esplendor en la isla donde todo llegaba de la antigua URSS. Objetos escolares, autos, perfumes, enlatados, electrodomésticos y hasta programas televisivos, como los añorados 'muñequitos rusos', forman parte de esta nostalgia por el período ruso de Cuba.
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En la década de los 80 Cuba se convirtió en una extensión soviética en pleno Caribe. Los niños cubanos se sentaban a las seis de la tarde frente a un televisor ruso a ver animados soviéticos. Así creció una generación de cubanos que casi tres décadas después de la disolución de la URSS añoran esa infancia con influencia rusa.

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Disímiles publicaciones de la blogosfera cubana hacen alusión a los muñequitos soviéticos con frases dobladas al español que los niños repetían luego en sus juegos, como "deja que te coja" del tan recordado animado 'Nu, pogodí' o "Me las pagarás", donde un lobo persigue a una liebre para comérsela pero nunca lo consigue.

La serie por lo general se llevaba a cabo en Moscú, pero hubo excepciones en algunos capítulos en los que se hace alusión a otras naciones de la extinta Unión Soviética. De estructura similar a 'Tom y Jerry' (por la persecusión constante) incluye de vez en cuando otros personajes que intentan ayudar a la liebre y estropean los planes del lobo.

Otros que se hicieron famosos en el Caribe fueron los polacos "Bolek y Lolek", que para los niños cubanos eran muñequitos rusos igual, ya que todos estaban doblados al español y solo en los créditos se podía observar el idioma polaco.

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Bolek y Lolek, diminutivos de Boleslaw y Karol, fue una serie de animados dos hermanos pequeños en la que se contaban sus divertidas aventuras, sobre todo al aire libre, donde los hermanos experimentaban sus graciosas ocurrencias.

Los dibujos de los personajes están caracterizados por Bolek un niño alto y delgado y Lolek quien es pequeño y gordo. Los niños cubanos se comparaban en sus juegos con 'el gordo' y 'el flaco' e imitaban sus travesuras en las calles de la isla.

En 1973 los creadores de la serie agregaron un personaje femenino a solicitud de la audiencia, cuyo nombre es Tola, una niña de la misma edad que los otros dos, y que aparece con relativa frecuencia. Así las niñas cubanas también ganaron participación en el juego de roles.

​Uno los animados más añorados por los cubanos es la miniserie 'Tres en Leche Cortada' (1978), basado en el libro 'Tío Fiodor, su perro y su gato' de Eduard Uspensky. Este filme tiene dos secuencias: 'Vacaciones en Leche Cortada' (1980) e 'Invierno en Leche Cortada' (1984).

El personaje principal es un niño de 6 años, al que llaman Tío Feodor porque es un niño muy serio y responsable que cuida mucho a su mascota, un gato llamado Matroskin que sus padres se niegan a adoptar.

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Por este motivo el pequeño Tío Fiodor abandona la casa junto al perro Sharik y se instalan en una casa en el campo ubicada en una villa llamada 'Leche Cortada'. Allí viven muchas aventuras, algunas incluyendo al cartero local, Pechkin, quien es conocido en Cuba como el Cartero Fogón.

​Así recuerdan los cubanos nacidos en los 70, 80 y 90 la influencia soviética en una infancia que muchos rememoran como feliz. Una manera muy particular de crecer que selló los afectos de la amistad cubano-soviética con las sonrisas de los niños.

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