Las recientes protestas en las comunidades bogotanas de Engativá y Chapinero evidencian la gravedad de la crisis que vive la capital colombiana luego de que el 31 de enero la empresa de recogidas Aguas de Bogotá culminara su última jornada de recolección de residuos.
El caos que vive la ciudad obedece a la nueva estructura para el servicio de aseo propuesta por el alcalde Enrique Peñalosa, que dejaría cesantes a los 3600 empleados de Aguas de Bogotá.
Marcela Clavijo, edilesa de la comunidad de Chapinero, dijo a Sputnik que el servicio de aseo que propone el alcalde es "irresponsable" ya que al dejar afuera a Aguas de Bogotá, sepulta el destino de miles de familias, acción que los trabajadores en protesta calificaron de masacre laboral.
De manera terca y obtusa Peñalosa ha instaurado un modelo de aseo basado en debilitar a Aguas de Bogotá, poniendo requisitos económicos insostenibles para la licitación y favoreciendo evidentemente a los privados", afirmó la edilesa.
Aguas de Bogotá empezó a prestar el servicio de recolección de basuras a finales de 2012, cuando el entonces alcalde Gustavo Petro implementó un esquema de aseo en el que pretendió que la operación quedara en manos del Distrito.
La gran mayoría de los trabajadores de la empresa provenían de un ambiente de pobreza extrema, que habían logrado superar como empleados del sistema de recolección de residuos. "Este trabajo fue para muchos la mayor posibilidad que han tenido en sus vidas para mitigar la pobreza", comentó la edilesa, miembro del Partido Alianza Verde.
La misma noche del 31 de enero, empleados de Aguas de Bogotá tomaron las instalaciones para protestar contra la masacre laboral, acción que culminó con enfrentamientos entre los manifestantes y la policía, que horas más tarde retomó las instalaciones.
La crisis de la basura es persistente en Bogotá. El alcalde Petro fue destituido en 2013 porque al entregar el sistema de limpieza a Aguas de Bogotà, la ciudad estuvo durante varios días de diciembre de 2012 se dejaran de recoger toneladas de basura.
El nuevo alcalde Peñalosa logró la autorización de la Comisión Reguladora de Aseo para abrir una licitación por casi 1800 millones de dólares en una audiencia que había sido suspendida desde el 29 de diciembre y que se reanudó este 7 de febrero. La nueva estructura divide a Bogotá en cinco áreas que serán asignadas a diferentes operadores.
Clavijo se ha percatado de que en Chapinero existen sectores como Rosales que han sido privilegiados en la recogida. "Para nadie es un secreto que Rosales es el fortín de Cambio Radical, donde vive toda la familia del alcalde y obviamente por ello organizan una operación segregada por ciertos sitios de la ciudad", afirmó la edilesa.