"Entregado a los Marshals de EEUU un cibercriminal que creó una infraestructura cibernética mundial para cometer actividades ilícitas", informó la Policía Nacional en una nota informativa.
En concreto, la Policía Nacional apunta a que controlaba la conocida "botnet Kelihos", formada por cientos de miles de ordenadores distribuidos internacionalmente, a través de los cuales "sustraía todo tipo de credenciales de carácter personal de los ordenadores" y los infectaba con software malicioso.
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Principalmente, —siempre de acuerdo con la información de las autoridades— utilizaba software tipo "ransomware", por el que bloqueaba el acceso a los ordenadores infectados para posteriormente pedir un rescate económico por su liberación.
"Había realizado este tipo de actividades durante más de diez años, obteniendo grandes beneficios económicos", dice la nota de la Policía.
Levashov será enjuiciado en EEUU por delitos de asociación delictuosa para cometer fraude con ordenadores, daños informativos, robo de identidad y escuchas electrónicas ilícitas, entre otras infracciones penales.
A lo largo del proceso, la defensa del informático se opuso a la reclamación estadounidense argumentando, entre otras, cuestiones como la competencia española para juzgar los hechos, ya que a su modo de ver, la "botnet Kelihos" —con la que el informático negó toda relación— pudo haber afectado ciudadanos nacionales.
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Sobre todo, la estrategia de defensa de Levashov se basó en argumentar la existencia de motivos políticos en su petición.
Durante la vista extradicional celebrada en la Audiencia Nacional, Levashov dijo ser conocedor de secretos militares rusos y, además, afirmó haber trabajado para Rusia Unida, el partido del Gobierno ruso.
"Soy oficial del ejército ruso y, por lo tanto, poseo información confidencial de mi especialidad, de la que juré en su momento que no iba a difundir información ya que si lo hago me encarcelarán 15 años", afirmó Levashov en sede judicial.
Por otro lado, diversos medios de comunicación se refirieron en los últimos meses a Levashov como un "hacker" buscado por Washington por haber participado en la presunta injerencia rusa de las últimas elecciones generales estadounidenses, lo que la defensa intentó presentar como indicios a tener en cuenta a la hora de valorar esa presunta motivación política.
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Sin embargo, estos argumentos fueron rechazados por la Audiencia Nacional, que no vio motivos para sospechar que EEUU busca enjuiciar al extraditado por delitos que no estén incluidos en la demanda extradicional.
"Nada en relación con los alegatos relativos a la motivación política se ha acreditado", afirma la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional en el auto que rechaza el recurso de súplica de Levashov.