Esta zona militarizada, calificada por el portavoz del Ministerio ruso de Defensa, Ígor Konashénkov, como un "agujero negro", sirve como base no solo para EEUU, sino también para varios grupos armados que colaboran con los estadounidenses: el Nuevo Ejército Sirio, el Ejército de los Leones del Este, la Brigada del Mártir Ahmad al Abdo, entre otros, equipados con morteros de gran calibre, tanques, misiles y otras armas, señalan Ígor Petrashévich y Román Martinóvich, periodistas de la agencia rusa FAN.
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Para eso, nuevos destacamentos de yihadistas, muchos de los cuales formaban parte de Daesh, fueron transferidos a la frontera meridional del país. Según una fuente local, unos 200 miembros del grupo terrorista, sobre todo fuera de Deir Ezzor y Abu Kamal, han sido trasladados a la zona.
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La mayoría de ellos, después de haber aceptado someterse incondicionalmente al mando de las Fuerzas Armadas de EEUU, ya se han unido a la parte activa de las fuerzas terroristas proestadounidenses, lo que suma unos 1.200 combatientes en total. No obstante, la relación entre los grupos individuales es bastante tensa, como atestiguan los civiles locales. Hay conflictos armados que se saldan con víctimas mortales.
Como nadie de esta formación heterogénea tiene aún tareas de combate reales, ocupan su tiempo robando casas de civiles o camiones que pasan por el enclave de la carretera de Damasco a Bagdad, según testigos encuestados por los corresponsales.
Por el momento, miles de civiles se encuentran en el área ocupada por los terroristas pronorteamericanos. Entre ellos también hay refugiados que viven en el campamento de Al Rukban, administrado también por los terroristas.
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Mientras tanto, la situación humanitaria dentro de la zona, especialmente en el campamento de Al Rukban, se está volviendo crítica. Según un hombre local que logró escaparse a Damasco, los refugiados carecen de alimentos básicos. Los yihadistas han tomado el control de los pozos y venden el agua a la población a precios de 10 o más veces su valor.
Ahora el destino de la región todavía está en manos de Estados Unidos, que parece dispuesto a pagar cualquier precio para preservar su influencia en Oriente Medio y alcanzar sus propios objetivos geopolíticos, escriben los periodistas rusos.
"Las tropas estadounidenses que invadieron ilegalmente el territorio de un país extranjero no solo apoyan a los grupos terroristas antigubernamentales, sino que capturan regiones enteras, desplegando allí sus bases, mientras se atreven a disparar abiertamente contra los objetivos del Ejército sirio y establecer las condiciones para el movimiento de tropas gubernamentales a través del territorio soberano de su propio país", concluyen Petrashévich y Martinóvich.