"Villarruel tiene un proyecto político propio": la tensión entre Milei y su vice sigue en aumento
"Villarruel tiene un proyecto político propio": la tensión entre Milei y su vice sigue en aumento
Sputnik Mundo
La vicepresidenta Victoria Villarruel quedó fuera de las reuniones de gabinete. Su exclusión de los actos protocolares, junto a su desmarque permanente... 21.08.2024, Sputnik Mundo
El creciente distanciamiento entre Javier Milei y su vice siembra cada vez más interrogantes en torno a la supervivencia de dicha alianza. Victoria Villarruel, la compañera de fórmula presidencial que ingresó a la política junto al mandatario en las elecciones legislativas de 2021, aparece cada vez más escindida del dispositivo oficialista, y su marginación resulta insoslayable.Las tensiones se reflejan en la exclusión de la dirigente de las periódicas reuniones de gabinete que encabeza Milei. La última vez que la vicepresidenta fue invitada a participar del mitin fue el 30 de julio. Desde entonces, su ausencia se convirtió en una constante.El punto cúspide de las tensiones se reflejó el sábado 17 de agosto, cuando el Ejecutivo organizó un acto en conmemoración del fallecimiento del general José de San Martín, el máximo prócer de la gesta independentista argentina. La vicepresidenta no participó del acto, alegando un cuadro gripal.Sin embargo, Villarruel tampoco participó del tradicional encuentro anual de camaradería llevado a cabo el día previo, junto a generales de las Fuerzas Armadas. Consultado desde el lugar de los hechos, el jefe de gabinete de ministros, Guillermo Francos, admitió que el presidente y su vice "tienen diferencias en algunos temas".No es la primera gran ausencia de la segunda figura más importante del dispositivo gubernamental. La vicepresidenta también faltó al acto por la firma del tan ansiado Pacto de Mayo, que el Gobierno celebró como un pilar fundamental del relanzamiento de la gestión. En aquella instancia, Villarruel también se excusó alegando un cuadro gripal. Al día siguiente se mostró públicamente montando tanques de guerra en los actos por el Día de la Independencia.El desmarque no se limita al capítulo ceremonial. Uno de los principales focos de atención en el oficialismo remite a la designación de dos jueces para la Corte Suprema de Justicia, el máximo tribunal del país. Para poder avanzar en la designación de los magistrados, el Gobierno necesita reunir el apoyo de dos tercios del Senado: la dificultad reside en que La Libertad Avanza cuenta con apenas siete de los 72 legisladores que conforman la Cámara Alta.En ese marco, Villarruel despotricó contra uno de los candidatos que su espacio político impulsa: Ariel Lijo, un controvertido juez federal que aspira a llegar a la cúspide del Poder Judicial. La vicepresidenta se mostró en las redes afirmando que el candidato en cuestión "es un juez controversial y no contaría con los pergaminos necesarios".Apenas unos días antes, Villarruel había elegido definirse como "orgullosa egresada de la universidad pública", embanderándose con las casas de estudio superiores. El timing fue preciso: horas antes de su mensaje en redes sociales, las mismas universidades llamaron a una huelga docente contra el ajuste presupuestario desplegado por el gobierno de Milei.Las diferencias públicas no son nuevas, y su alcance es aún imprevisible, debido al poder institucional que detenta Villarruel como presidente del Senado. Un ejemplo grafica su peso: en marzo, la funcionaria habilitó el tratamiento parlamentario del mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) —pilar fundamental del Gobierno firmado por Milei apenas asumió, en diciembre—. La vicepresidenta era plenamente consciente de que, en virtud de la minoría oficialista en el recinto, los legisladores rechazarían la medida.La decisión de incluir la votación sobre el DNU en la agenda parlamentaria del día suscitó abiertas críticas del oficialismo hacia la vicepresidente. En ese marco, Villarruel decidió aclarar públicamente que su "compromiso con Milei es inclaudicable". Aunque remarcó que "no hay Gobierno sin institucionalidad", aludiendo a que el Ejecutivo no podría bloquear que el Parlamento tratara el mega decreto.Más dudas que certezas"La relación entre Milei y Villarruel está claramente lesionada. El presidente no parece estar a gusto con el perfil público que ha construido la vicepresidente, desmarcándose permanentemente de la agenda del Gobierno", dijo a Sputnik el analista político Julio Burdman.Según el experto, la creciente tensión entre los socios políticos es responsabilidad del jefe de Estado. "Creo que todo esto nace de cierta impericia de Milei, quien hasta ahora no logró contenerla. Es responsabilidad del presidente porque es él quien dirige el rumbo del Gobierno", remarcó.La lectura del especialista es compartida entre sus colegas. En diálogo con Sputnik, el politólogo y consultor Pablo Cano apuntó que "Villarruel no está haciendo nada disruptivo en términos políticos. Las personas con vocación de poder son la regla dentro del sistema, y no la excepción. El Poder Ejecutivo debe lidiar con la ambición natural de cualquier dirigente de tamaña exposición", apuntó.El dilema del alto perfilLa exposición pública elegida por la vicepresidente argentina constituye, según los especialistas, un arma de doble filo. "Pese a todas las diferencias que pueda mostrar en público, ella sigue siendo una referente dentro del Gobierno: desentenderse de la gestión puede alejarla del voto oficialista, pero a la vez su rol institucional genera mucha resistencia opositora", sostuvo Cano.Sin embargo, a pesar de la convulsionada construcción política de la funcionaria, el consultor destacó que "está claro que Villarruel tiene un proyecto político propio: sin lugar a dudas es una figura muy astuta, quien simplemente está esperando el momento adecuado para posicionarse como dirigente"."Creo que la estrategia de la vicepresidente va a consistir en resistir este nivel de destrato durante los próximos tres años, para luego emerger como una candidata fuerte dentro del Gobierno en las siguientes elecciones. En público le sonríe a Milei, y hace un ejercicio de templanza política, pero tiene una enorme vocación de poder", afirmó Cano.
La vicepresidenta Victoria Villarruel quedó fuera de las reuniones de gabinete. Su exclusión de los actos protocolares, junto a su desmarque permanente respecto a las medidas del Gobierno, siembra interrogantes sobre la relación con Milei. "Ella capitaliza el espacio que el presidente deja vacante", dijo a Sputnik el politólogo Pablo Cano.
El creciente distanciamiento entre Javier Milei y su vice siembra cada vez más interrogantes en torno a la supervivencia de dicha alianza. Victoria Villarruel, la compañera de fórmula presidencial que ingresó a la política junto al mandatario en las elecciones legislativas de 2021, aparece cada vez más escindida del dispositivo oficialista, y su marginación resulta insoslayable.
Las tensiones se reflejan en la exclusión de la dirigente de las periódicas reuniones de gabinete que encabeza Milei. La última vez que la vicepresidenta fue invitada a participar del mitin fue el 30 de julio. Desde entonces, su ausencia se convirtió en una constante.
El punto cúspide de las tensiones se reflejó el sábado 17 de agosto, cuando el Ejecutivo organizó un acto en conmemoración del fallecimiento del general José de San Martín, el máximo prócer de la gesta independentista argentina. La vicepresidenta no participó del acto, alegando un cuadro gripal.
Sin embargo, Villarruel tampoco participó del tradicional encuentro anual de camaradería llevado a cabo el día previo, junto a generales de las Fuerzas Armadas. Consultado desde el lugar de los hechos, el jefe de gabinete de ministros, Guillermo Francos, admitió que el presidente y su vice "tienen diferencias en algunos temas".
No es la primera gran ausencia de la segunda figura más importante del dispositivo gubernamental. La vicepresidenta también faltó al acto por la firma del tan ansiado Pacto de Mayo, que el Gobierno celebró como un pilar fundamental del relanzamiento de la gestión. En aquella instancia, Villarruel también se excusó alegando un cuadro gripal. Al día siguiente se mostró públicamente montando tanques de guerra en los actos por el Día de la Independencia.
El desmarque no se limita al capítulo ceremonial. Uno de los principales focos de atención en el oficialismo remite a la designación de dos jueces para la Corte Suprema de Justicia, el máximo tribunal del país. Para poder avanzar en la designación de los magistrados, el Gobierno necesita reunir el apoyo de dos tercios del Senado: la dificultad reside en que La Libertad Avanza cuenta con apenas siete de los 72 legisladores que conforman la Cámara Alta.
En ese marco, Villarruel despotricó contra uno de los candidatos que su espacio político impulsa: Ariel Lijo, un controvertido juez federal que aspira a llegar a la cúspide del Poder Judicial. La vicepresidenta se mostró en las redes afirmando que el candidato en cuestión "es un juez controversial y no contaría con los pergaminos necesarios".
"Es un juez controversial y no contaría con los pergaminos necesarios"
Victoria Villarruel se manifestó en contra de la nominación de Ariel Lijo a la Corte Suprema ya que "está reemplazando la banca de una mujer" y señaló: "Su candidatura partió a la sociedad".
Apenas unos días antes, Villarruel había elegido definirse como "orgullosa egresada de la universidad pública", embanderándose con las casas de estudio superiores. El timing fue preciso: horas antes de su mensaje en redes sociales, las mismas universidades llamaron a una huelga docente contra el ajuste presupuestario desplegado por el gobierno de Milei.
Me recibí como Técnica en Seguridad Urbana y Portuaria en la Universidad Tecnológica Nacional a fines de 2015. Después de tantos años y por impedimentos de mi vida profesional, pude retirar mi título de Técnica en Seguridad. Gracias a la UTN BA por formarme como profesional de la… pic.twitter.com/PJ4gYhfuuf
Las diferencias públicas no son nuevas, y su alcance es aún imprevisible, debido al poder institucional que detenta Villarruel como presidente del Senado. Un ejemplo grafica su peso: en marzo, la funcionaria habilitó el tratamiento parlamentario del mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) —pilar fundamental del Gobierno firmado por Milei apenas asumió, en diciembre—. La vicepresidenta era plenamente consciente de que, en virtud de la minoría oficialista en el recinto, los legisladores rechazarían la medida.
La decisión de incluir la votación sobre el DNU en la agenda parlamentaria del día suscitó abiertas críticas del oficialismo hacia la vicepresidente. En ese marco, Villarruel decidió aclarar públicamente que su "compromiso con Milei es inclaudicable". Aunque remarcó que "no hay Gobierno sin institucionalidad", aludiendo a que el Ejecutivo no podría bloquear que el Parlamento tratara el mega decreto.
Sin institucionalidad no hay gobierno. Los que nos trajeron hasta acá siguen obstruyendo. ¡Todo por Argentina! 🇦🇷 pic.twitter.com/gfbMkyAgFy
"La relación entre Milei y Villarruel está claramente lesionada. El presidente no parece estar a gusto con el perfil público que ha construido la vicepresidente, desmarcándose permanentemente de la agenda del Gobierno", dijo a Sputnik el analista político Julio Burdman.
Según el experto, la creciente tensión entre los socios políticos es responsabilidad del jefe de Estado. "Creo que todo esto nace de cierta impericia de Milei, quien hasta ahora no logró contenerla. Es responsabilidad del presidente porque es él quien dirige el rumbo del Gobierno", remarcó.
La lectura del especialista es compartida entre sus colegas. En diálogo con Sputnik, el politólogo y consultor Pablo Cano apuntó que "Villarruel no está haciendo nada disruptivo en términos políticos. Las personas con vocación de poder son la regla dentro del sistema, y no la excepción. El Poder Ejecutivo debe lidiar con la ambición natural de cualquier dirigente de tamaña exposición", apuntó.
"No tengo en claro que esto pueda impactar en la opinión pública de manera determinante. Hay que estar atentos a no sobredimensionar el efecto de estas internas a cielo abierto", matizó el investigador.
El dilema del alto perfil
La exposición pública elegida por la vicepresidente argentina constituye, según los especialistas, un arma de doble filo. "Pese a todas las diferencias que pueda mostrar en público, ella sigue siendo una referente dentro del Gobierno: desentenderse de la gestión puede alejarla del voto oficialista, pero a la vez su rol institucional genera mucha resistencia opositora", sostuvo Cano.
Sin embargo, a pesar de la convulsionada construcción política de la funcionaria, el consultor destacó que "está claro que Villarruel tiene un proyecto político propio: sin lugar a dudas es una figura muy astuta, quien simplemente está esperando el momento adecuado para posicionarse como dirigente".
"Creo que la estrategia de la vicepresidente va a consistir en resistir este nivel de destrato durante los próximos tres años, para luego emerger como una candidata fuerte dentro del Gobierno en las siguientes elecciones. En público le sonríe a Milei, y hace un ejercicio de templanza política, pero tiene una enorme vocación de poder", afirmó Cano.
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