https://noticiaslatam.lat/20230507/el-gran-dilema-brasileno-entre-exportaciones-primarias-e-industrializacion-1139163538.html
El gran dilema brasileño: entre exportaciones primarias e industrialización
El gran dilema brasileño: entre exportaciones primarias e industrialización
Sputnik Mundo
Brasil ocupa tradicionalmente un espacio bastante determinado en el comercio internacional, a saber, como importador de productos manufacturados (alrededor de... 07.05.2023, Sputnik Mundo
2023-05-07T19:06+0000
2023-05-07T19:06+0000
2023-05-07T19:06+0000
américa latina
✒️ firmas
agricultura
industrialización
brasil
💬 opinión y análisis
eeuu
china
guerra fría
segunda guerra mundial
https://cdn.img.noticiaslatam.lat/img/07e7/05/07/1139163118_0:97:3295:1950_1920x0_80_0_0_c81a8520f5e1948d2f345adfb1981ccb.jpg
Por ejemplo, alrededor del 20% de todas las exportaciones brasileñas se compone de productos primarios, concentrados principalmente en petróleo y mineral de hierro. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, este perfil económico del país ha suscitado una preocupación justificada por parte de los dirigentes brasileños con respecto a su inserción en el mundo.Al fin y al cabo, Brasil tiene un tamaño continental, una gran población y una economía que lo capacitarían para desempeñar un papel más relevante en los asuntos globales.Con el tiempo, no obstante, el papel histórico de Brasil como exportador de commodities para los países económicamente más avanzados, ya sean Estados Unidos, Alemania o, más recientemente, China, terminó vinculando su crecimiento económico al desempeño de los países desarrollados, además de desalentar los procesos de industrialización interna. La relativa bonanza en los periodos de auge de los precios de los productos básicos en el mercado internacional culminó a menudo en una situación de dependencia de la exportación de materias primas.Sin embargo, el desinterés ocasional del Estado (manifestado principalmente por su clase política) por el desarrollo de sectores más dinámicos de la economía —y tecnológicamente más modernos— dificultó que Brasil reimaginara su papel en el mundo.Conviene recordar que el crecimiento económico del país sudamericano desde principios de la década de 2000 se ha basado —en una medida razonable— en el comercio de materias primas con China. Con ello, el país pasó a ser susceptible no solo a las fluctuaciones de los precios internacionales del petróleo y del mineral de hierro (como suele ocurrir), sino también a la eventual disminución de las tasas de crecimiento de la propia nación asiática, su principal socio comercial.De hecho, este ha sido uno de los principales dilemas brasileños a lo largo de su historia: conciliar su posición de primer exportador con el deseo de industrialización del país. Ciertamente, el desafío no es algo que solo concierna a Brasil, sino que también afecta a varios otros países del sistema internacional desde la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX. Fue durante este periodo cuando la naciente división internacional del trabajo configuró el mundo entre países industrializados y agroexportadores.En la época del Imperio de Brasil (1822-1889), la dirigencia nacional ya estaba preocupada por el hecho de que los acuerdos y tratados comerciales firmados con el Reino Unido perjudicaban en cierto modo los intereses del país latinoamericano, ya que obstaculizaban la protección y el desarrollo de su industria.Esto se explicaba principalmente por las exigencias de apertura del mercado brasileño a los productos manufacturados británicos, mientras que el café y el azúcar brasileños tenían un acceso limitado al mercado británico.A principios del siglo XX, el Brasil republicano volvía a cuestionar su tradicional papel de exportador de materias primas, esta vez hacia Estados Unidos, que se perfilaba como el principal socio comercial del país, superando a Inglaterra. Mientras tanto, la nación sudamericana se consolidaba como importador de productos manufacturados estadounidenses, lo que acabó retrasando su desarrollo industrial y su mayor independencia económica.En la primera mitad del siglo XX, el Gobierno de Getúlio Vargas propuso un desarrollo económico basado en la industrialización. Con ello, se dieron señales de que la inserción internacional de Brasil ya no estaría sujeta únicamente a las ventajas obtenidas por el sector agroexportador en el comercio con los Estados avanzados. Sin embargo, a los norteamericanos les interesaba que Brasil mantuviera su papel de proveedor de materias primas e importador de productos manufacturados suyos, en una relación claramente jerarquizada entre los dos países.En la posguerra, el Gobierno de Juscelino Kubitschek aprovechó la competencia internacional por los mercados entre EEUU, Europa (ya recuperada económicamente) y Japón para atraer inversiones consideradas necesarias para el desarrollo de la industria nacional, especialmente la automovilística.A priori, Brasil suministraría materias primas a países como Alemania y Japón a cambio de insumos industriales y bienes de capital útiles para su proyecto de desarrollo. Sin embargo, la principal esperanza de Brasil en aquella época era conseguir fondos norteamericanos para acelerar este proceso, lo que acabó sin ocurrir, dado el desinterés de EEUU por el desarrollo económico de los países latinoamericanos.No por casualidad, en las décadas de la Guerra Fría (que implicaron el periodo de la dictadura militar brasileña), se establecieron firmemente los patrones de relación desigual entre el Norte (desarrollado) y el Sur Global, compuesto por países insuficientemente industrializados y caracterizados (muchos de ellos) como meros exportadores de materias primas a los países europeos y norteamericanos.Sea como fuere, los países latinoamericanos siguen considerando la industrialización como un factor esencial para ganar autonomía económica y política en el escenario global. Brasil, por lo tanto, a lo largo de su historia ha intentado varias veces repensar su papel en el mundo, con el fin de cambiar su perfil comercial primario y convertirse en una nación económicamente más dinámica y avanzada.En este contexto, el gigante sudamericano podría utilizar hoy sus relaciones con China, que se convirtieron en una referencia en el proceso de transferencia de tecnología al Sur Global, precisamente para desarrollar sus infraestructuras y dar un nuevo impulso a sus industrias, promoviendo la tan soñada diversificación económica.Quién sabe, tal vez de este modo Brasil consiga resolver su dilema de décadas, ampliando su autonomía en las relaciones internacionales y convirtiéndose finalmente en el 'país del presente' y no ya en el 'país del futuro'.LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
https://noticiaslatam.lat/20230313/lula-propone-un-programa-para-incentivar-produccion-y-legalizar-tierras-de-indigenas--foto-1136797512.html
https://noticiaslatam.lat/20230429/la-influencia-cultural-estadounidense-en-brasil-el-poder-blando-como-herramienta-politica-1138824724.html
brasil
eeuu
china
Sputnik Mundo
contacto@sputniknews.com
+74956456601
MIA „Rossiya Segodnya“
2023
Valdir da Silva Bezerra
https://cdn.img.noticiaslatam.lat/img/07e7/0a/01/1144286966_156:0:556:400_100x100_80_0_0_8acbae66b70ac9d243087b655df7f02c.jpg
Valdir da Silva Bezerra
https://cdn.img.noticiaslatam.lat/img/07e7/0a/01/1144286966_156:0:556:400_100x100_80_0_0_8acbae66b70ac9d243087b655df7f02c.jpg
Noticias
es_ES
Sputnik Mundo
contacto@sputniknews.com
+74956456601
MIA „Rossiya Segodnya“
https://cdn.img.noticiaslatam.lat/img/07e7/05/07/1139163118_283:0:3014:2048_1920x0_80_0_0_30227863cb24f332939bd12ed9e8dff4.jpgSputnik Mundo
contacto@sputniknews.com
+74956456601
MIA „Rossiya Segodnya“
Valdir da Silva Bezerra
https://cdn.img.noticiaslatam.lat/img/07e7/0a/01/1144286966_156:0:556:400_100x100_80_0_0_8acbae66b70ac9d243087b655df7f02c.jpg
✒️ firmas, agricultura, industrialización, brasil, 💬 opinión y análisis, eeuu, china, guerra fría, segunda guerra mundial
✒️ firmas, agricultura, industrialización, brasil, 💬 opinión y análisis, eeuu, china, guerra fría, segunda guerra mundial
El gran dilema brasileño: entre exportaciones primarias e industrialización
Valdir da Silva Bezerra
Analista internacional
Brasil ocupa tradicionalmente un espacio bastante determinado en el comercio internacional, a saber, como importador de productos manufacturados (alrededor de un 25% del total de las importaciones brasileñas en los últimos años se componía de maquinaria) y proveedor de productos básicos a los mercados mundiales.
Por ejemplo, alrededor del 20% de todas las exportaciones brasileñas se compone de productos primarios, concentrados principalmente en petróleo y mineral de hierro. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, este perfil económico del país ha suscitado una preocupación justificada por parte de los dirigentes brasileños con respecto a su inserción en el mundo.
Al fin y al cabo, Brasil tiene un tamaño continental, una gran población y una economía que lo capacitarían para desempeñar un papel más relevante en los asuntos globales.
Con el tiempo, no obstante, el papel histórico de Brasil como exportador de commodities para los países económicamente más avanzados, ya sean Estados Unidos, Alemania o, más recientemente, China, terminó vinculando su crecimiento económico al desempeño de los países desarrollados, además de desalentar los procesos de industrialización interna.
La relativa bonanza en los periodos de auge de los precios de los productos básicos en el mercado internacional culminó a menudo en una situación de dependencia de la exportación de materias primas.
Sin embargo, el desinterés ocasional del Estado (manifestado principalmente por su clase política) por el desarrollo de sectores más dinámicos de la economía —y tecnológicamente más modernos— dificultó que Brasil reimaginara su papel en el mundo.
Conviene recordar que el crecimiento económico del país sudamericano desde principios de la década de 2000 se ha basado —en una medida razonable— en el comercio de materias primas con China. Con ello, el país pasó a ser susceptible no solo a las fluctuaciones de los precios internacionales del petróleo y del mineral de hierro (como suele ocurrir), sino también a la eventual disminución de las tasas de crecimiento de la propia nación asiática, su principal socio comercial.
De hecho, este ha sido uno de los principales dilemas brasileños a lo largo de su historia: conciliar su posición de primer exportador con el deseo de industrialización del país. Ciertamente, el desafío no es algo que solo concierna a Brasil, sino que también afecta a varios otros países del sistema internacional desde la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX. Fue durante este periodo cuando la naciente división internacional del trabajo configuró el mundo entre países industrializados y agroexportadores.
En la época del Imperio de Brasil (1822-1889), la dirigencia nacional ya estaba preocupada por el hecho de que los acuerdos y tratados comerciales firmados con el Reino Unido perjudicaban en cierto modo los intereses del país latinoamericano, ya que obstaculizaban la protección y el desarrollo de su industria.
Esto se explicaba principalmente por las exigencias de apertura del mercado brasileño a los productos manufacturados británicos, mientras que el café y el azúcar brasileños tenían un acceso limitado al mercado británico.
13 de marzo 2023, 18:20 GMT
A principios del siglo XX, el Brasil republicano volvía a cuestionar su tradicional papel de exportador de materias primas, esta vez hacia Estados Unidos, que se perfilaba como el principal socio comercial del país, superando a Inglaterra. Mientras tanto, la nación sudamericana se consolidaba como importador de productos manufacturados estadounidenses, lo que acabó retrasando su desarrollo industrial y su mayor independencia económica.
En la primera mitad del siglo XX, el Gobierno de Getúlio Vargas propuso un desarrollo económico basado en la industrialización. Con ello, se dieron señales de que la inserción internacional de Brasil ya no estaría sujeta únicamente a las ventajas obtenidas por el sector agroexportador en el comercio con los Estados avanzados. Sin embargo, a los norteamericanos les interesaba que Brasil mantuviera su papel de proveedor de materias primas e importador de productos manufacturados suyos, en una relación claramente jerarquizada entre los dos países.
En la posguerra, el Gobierno de Juscelino Kubitschek aprovechó la competencia internacional por los mercados entre EEUU, Europa (ya recuperada económicamente) y Japón para atraer inversiones consideradas necesarias para el desarrollo de la industria nacional, especialmente la automovilística.
A priori, Brasil suministraría materias primas a países como Alemania y Japón a cambio de insumos industriales y bienes de capital útiles para su proyecto de desarrollo. Sin embargo, la principal esperanza de Brasil en aquella época era conseguir fondos norteamericanos para acelerar este proceso, lo que acabó sin ocurrir, dado el desinterés de EEUU por el
desarrollo económico de los países latinoamericanos.
29 de abril 2023, 11:04 GMT
No por casualidad, en las décadas de la
Guerra Fría (que implicaron el periodo de la dictadura militar brasileña), se establecieron firmemente los patrones de relación desigual entre el Norte (desarrollado) y el Sur Global, compuesto por países insuficientemente industrializados y caracterizados (muchos de ellos) como meros exportadores de materias primas a los países europeos y norteamericanos.
Sea como fuere, los países latinoamericanos siguen considerando la industrialización como un factor esencial para ganar autonomía económica y política en el escenario global. Brasil, por lo tanto, a lo largo de su historia ha intentado varias veces repensar su papel en el mundo, con el fin de cambiar su perfil comercial primario y convertirse en una nación económicamente más dinámica y avanzada.
En este contexto, el gigante sudamericano podría utilizar hoy sus
relaciones con China, que se convirtieron en una referencia en el proceso de transferencia de tecnología al Sur Global, precisamente para desarrollar sus infraestructuras y dar un nuevo impulso a sus industrias, promoviendo la tan soñada diversificación económica.
Quién sabe, tal vez de este modo Brasil consiga resolver su dilema de décadas, ampliando su autonomía en las relaciones internacionales y convirtiéndose finalmente en el 'país del presente' y no ya en el 'país del futuro'.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
No te pierdas las noticias más importantes
Suscríbete a nuestros canales de Telegram a través de estos enlaces.
Ya que la aplicación Sputnik está bloqueada en el extranjero, en este enlace puedes descargarla e instalarla en tu dispositivo móvil (¡solo para Android!).
También tenemos una cuenta en la red social rusa VK.