Un tratamiento experimental de la esclerosis múltiple pudo revertir parálisis en ratones | Foto
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Unas mochilas microscópicas llenas de fármacos diseñadas para adherirse a las células inmunitarias problemáticas demostraron mejorar la salud de ratones con una enfermedad similar a la esclerosis múltiple (EM) en humanos.
La EM se caracteriza como una enfermedad neurológica crónica de naturaleza inflamatoria y autoinmunitaria. Ella provoca el deterioro de la mielina aislante que rodea los nervios, lo que interrumpe la comunicación cerebro-cuerpo y dificulta el movimiento y el funcionamiento de quienes la padecen. Actualmente, no hay cura para ella, y aunque existen fármacos que reducen la inflamación y pueden cambiar su curso, muchos de los tratamientos con su uso conllevan riesgos importantes, como depresión, infecciones o problemas de tiroides y otros órganos.
El equipaje de micropartículas desarrollado por investigadores de la Universidad de Harvard podría sustituir a las terapias actuales, aprovechando la tendencia de las células inmunitarias mieloides errantes a aventurarse en tejidos donde causarían inflamación, fomentando la reparación en cambio.
Para convertir los glóbulos blancos potencialmente inflamatorios en diminutos parafármacos, los investigadores tomaron un tipo de células mieloides de ratones sanos y las cultivaron fuera de su cuerpo. Después, adhirieron objetos microscópicos en forma de disco que transportaban micropartículas de fármacos a la superficie de las células, dotándolas así de una diminuta mochila de medicamentos.
17 de febrero 2022, 22:55 GMT
Cuando las células portadoras de la mochila se introdujeron en un modelo de ratón de la EM, lograron mejorar significativamente las respuestas inmunitarias específicas de la enfermedad paralítica, revirtiendo parcialmente la parálisis y mejorando las funciones motoras.
"Se trata de células muy plásticas que pueden alternar entre distintos estados y, por tanto, son difíciles de controlar. Nuestro método de mochila basada en biomateriales es una forma muy eficaz de mantenerlas bloqueadas en su estado antiinflamatorio", explicó el autor principal, Samir Mitragotri, bioingeniero de la Universidad de Harvard y el Instituto Wyss.
Un factor importante en la EM son las células mieloides del sistema inmunitario innato que provocan inflamación en el sistema nervioso central. Las lesiones inflamadas atraen entonces más células mieloides, lo que provoca daños en el revestimiento de mielina que rodea los nervios.
Los científicos ya habían creado una terapia para combatir tumores que utiliza macrófagos cargados con mochilas, un tipo de célula mieloide. Al introducir determinadas moléculas en las mochilas, el equipo pudo controlar el comportamiento de las células. Las mochilas permanecían en la superficie de los macrófagos incluso cuando otras células absorbían y desactivaban rápidamente el material.
A su vez, los monocitos, un tipo de célula mieloide, son las células progenitoras de los macrófagos. Se desarrollan en la médula ósea y pueden llegar al tejido cerebral antes de diferenciarse en macrófagos, que son uno de los tipos de células inflamatorias más comunes en las lesiones de la EM. En este caso, los investigadores adhirieron mochilas a los monocitos, llenas de moléculas de interleucina-4 y dexametasona que actúan conjuntamente para potenciar las funciones antiinflamatorias y reguladoras y frenar las funciones proinflamatorias.
© Foto : Wyss Institute at Harvard UniversityIzquierda: un monocito con la membrana celular teñida de verde, el núcleo de azul y las mochilas adheridas en rojo. Derecha: Ilustración de cómo se adhieren las mochilas cargadas de fármacos a los monocitos
Izquierda: un monocito con la membrana celular teñida de verde, el núcleo de azul y las mochilas adheridas en rojo. Derecha: Ilustración de cómo se adhieren las mochilas cargadas de fármacos a los monocitos
© Foto : Wyss Institute at Harvard University
Se destacó que lo fundamental fue la capacidad de las mochilas de controlar la diferenciación de los monocitos. Además, apuntó el equipo, ellas redujeron la inflamación dentro de las lesiones y desplazaron la respuesta inmunitaria local y sistémica asociada a la EM hacia un resultado terapéutico.
Los científicos descubrieron que los modelos de ratón mostraban una gran mejoría cuando se trataban con las células monocitarias que llevaban mochilas especiales. Tras el tratamiento, esos ratones solo tenían una leve flojedad en la cola, mientras que los ratones que no recibieron el tratamiento tenían las patas traseras completamente paralizadas. Los ratones tratados también vivieron más que los no tratados.
El equipo quiere investigar más sobre esta técnica con otros medicamentos dirigidos al sistema inmunitario adaptativo para ver si funciona en una forma más común de la EM recidivante, ya que los modelos de ratón solo imitan una forma progresiva de la enfermedad. El fin es prevenir la inflamación en una fase temprana.
Desde 2013, el número de personas con EM ha aumentado un 30%, y alrededor de 2,8 millones de personas padecen la enfermedad en todo el mundo. Aunque se conoce el mecanismo básico de este tipo de la esclerosis, sus desencadenantes exactos todavía no están claros. Se considera que está causada por diversos factores ambientales, con investigaciones que la relacionan con traumatismos infantiles e infecciones víricas.
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