De acuerdo con la información proporcionada por las autoridades locales, un total de 200 migrantes fueron trasladados en la tarde del jueves a un Centro de Acogida Temporal, donde cambiaron el suelo de las instalaciones portuarias por literas situadas en un antiguo cuartel.
Los trabajos para descongestionar el puerto continuaron este 19 de noviembre con el traslado de otras 200 personas a las instalaciones militares.
En las últimas semanas, el Puerto de Arguineguín se convirtió en el epicentro de la crisis migratoria en las Islas Canarias, que registra un aumento de las llegadas por mar sin precedentes en más de una década.
Según datos del Ministerio del Interior de España, en lo que va de año las Islas Canarias recibieron a 16.760 migrantes por vía marítima, un aumento de más del 1.000% respecto a las 1.497 registradas en todo 2019.
Sobre el papel, los migrantes que llegan a suelo español solo pueden estar retenidos 72 horas antes de recibir asistencia jurídica de cara a decidir si son susceptibles o no de recibir asilo.
Sin embargo, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) denuncia que la incapacidad de las autoridades españolas para gestionar el volumen de llegadas derivó en una situación de colapso en Arguineguín, dejando varados a centenares de migrantes por más días de lo debido.
Por el momento, la respuesta del Gobierno español se limitó a habilitar campamentos para reubicar a los migrantes mientras se resuelve su situación jurídica, algo que a ojos de autoridades locales y grupos humanitarios no basta para resolver la crisis.
"No vamos a aceptar campamentos infinitos, no es de recibo, eso es lo que se está haciendo en Lesbos o Lampedusa", dijo este 18 de noviembre el vicepresidente del Ejecutivo canario, Román Rodríguez.
El Gobierno regional, que dice sentirse "abandonado" por las autoridades centrales en la gestión de esta crisis, pide establecer mecanismos con "derivaciones" hacia territorio peninsular para que la situación sea abordada de forma solidaria por distintos territorios
"El problema está en que no dejan salir a estas personas de aquí (…) para trasladar la imagen de que el que entra no sale de Canarias, una idea de Canarias como una cárcel que su sociedad, sus instituciones y sus partidos no van a aceptar", añadió Rodríguez.
Está previsto que el ministro de Migraciones, José Luis Escrivá, presente el 20 de noviembre las líneas principales de los planes de su departamento para dar respuesta a la crisis.
Mientras tanto, la gestión de la presión migratoria se jugará también en la arena internacional con la visita a Marruecos, el 20 de noviembre, del ministro del Interior de España, Fernando Grande-Marlaska.
A las personas procedentes de Mali —predominantes en las llegadas del primer semestre del año— se han ido sumando otras, procedentes de Marruecos o Senegal, que huyen del impacto económico de la pandemia en sus países.
Además, los expertos apuntan que uno de los motivos de la creciente presión en la ruta a Canarias puede ser el aumento de la vigilancia por parte de Marruecos en el estrecho de Gibraltar (que separa su territorio de España por 14 kilómetros), lo que empuja a los migrantes a alternativas más peligrosas, teniendo que recorrer más de 300 kilómetros desde las costas de África Occidental.