El primero de los errores fue el hecho de que el agravamiento de la situación en Nagorno Karabaj muy probablemente tomó por sorpresa a las autoridades estadounidenses, afirma el autor del artículo, publicado por The National Interest, el académico residente del laboratorio de ideas conservador American Enterprise Institute de Washington, Michael Rubin.
El segundo error de la inteligencia estadounidense, según él, fue que no logró predecir la entrada de fuerzas de paz rusas en Nagorno Karabaj. Así, las autoridades estadounidenses confiaron demasiado en el trabajo en el marco del Grupo de Minsk de la OSCE, mientras que el presidente ruso Vladímir Putin "vio la oportunidad de traer tropas rusas a la región y la aprovechó".
Como resultado, señala Rubin, debido a tales errores de cálculo, los intereses estadounidenses en la región han sufrido daños importantes. Así, la "revolución democrática" en Armenia está ahora amenazada, el problema de los refugiados se agrava en el Cáucaso y la influencia de Rusia está creciendo en Azerbaiyán. Además, el papel de Turquía ha crecido, concluye Rubin.
El 9 de noviembre, los líderes de Rusia, Armenia y Azerbaiyán emitieron una declaración conjunta sobre el cese de hostilidades en Nagorno Karabaj a partir del 10 de noviembre.
Los bandos del conflicto deben permanecer en sus posiciones actuales, intercambiar prisioneros de guerra, otros detenidos y los cuerpos de los caídos.
Según la declaración, las fuerzas de paz rusas en Nagorno Karabaj se emplazarán por cinco años, con posibilidad de prórrogas automáticas por períodos similares, a menos que alguna de las partes firmantes notifique la intención de rescindir dicha cláusula con seis meses de antelación.