Aunque la Organización Mundial de Salud (OMS) se había mostrado escéptica respecto a la efectividad de las inyecciones de plasma de pacientes recuperados a personas que cursan COVID-19, la investigación continuó en países como Rusia, Paraguay y Costa Rica, donde se evaluó la posibilidad de utilizar el plasma de caballo para los pacientes infectados con el coronavirus.
Durante seis meses y con un financiamiento de 180.000 dólares, el resultado dio que el tratamiento con plasma tuvo una eficacia del 61%.
¿Cómo se realizó la investigación con plasma?
El estudio se realizó a partir de 160 voluntarios infectados del virus SARS-CoV-2, la mayoría mujeres, con un promedio de edad de 77 años, informó Polack durante la conferencia de prensa tras el evento en el que presentó los resultados.
"El plasma funciona si el donante tiene los anticuerpos suficientes. Funciona cuando es administrado antes de las 72 horas. Funciona para pacientes leves, no graves. Hay un tiempo donde se puede administrar y sino es demasiado tarde. Y funciona en pacientes de más de 65. Transforma al coronavirus en un catarro", explicó Polack según cita el diario Clarín.
Del total de pacientes que recibieron plasma, un 61% vio significativamente reducidos sus síntomas, mientras que la cifra asciende a 70% en casos de mayor de 75 años. Según explicó Polack, el tratamiento funcionó también en pacientes con enfermedades preexistentes: de los participantes un 30% tenía diabetes y un 75% hipertensión.
Además, anunció que se reunirá con las autoridades nacionales para elaborar un nuevo protocolo que contemple las consideraciones del estudio, una vez esté establecido "un criterio para definirlo operativamente, pero sería equiparable al momento en que se asigna a alguien como caso sospechoso, con fiebre o tos", explicó.
Para conseguir el plasma, aventuró que "posiblemente se les pida a futuro un conteo de anticuerpos a los pacientes que reciben el alta".