Las acusaciones contra las ideas capitalistas pueden oírse en cualquier protesta y leerse en cualquier cartel durante las manifestaciones. Sin embargo, el capitalismo en su forma pura no existe en ninguna parte del mundo, considera el autor del libro Anticapitalista.
Otro adversario del sistema fue el excanciller de Alemania Helmut Schmidt, quien introdujo el término del capitalismo rapaz. Basándose en su posición anticapitalista, el político intentó cargar una parte de la culpa por la crisis financiera del 2008 sobre el capitalismo, recordó Polleit.
¿Dónde está la causa de los problemas económicos?
La realidad que puede observarse hoy en el mundo es diferente. En el actual sistema financiero internacional los Estados son los que mantienen el monopolio sobre la emisión del dinero y regulan las actividades realizadas por los bancos. Por ello, los problemas, provocados por su intervención monetaria, no están vinculados de ninguna manera al capitalismo.
Las crisis económicas que han azotado periódicamente al mundo y la distribución desigual de la riqueza son consecuencias del monopolio estatal sobre el dinero. Su principal causa puede hallarse en el sistema financiero internacional en el que la oferta de dinero puede ser aumentada en cualquier momento y en cantidades ilimitadas "con solo pulsar un botón".
Por ello, es incorrecto "culpar al capitalismo" de todos los problemas del mundo como el desempleo, las crisis económicas y la distribución desigual de la riqueza.
El mejor medio de pago general
Thorsten Polleit opina que un buen medio de pago debería satisfacer los siguientes requisitos:
- existir en un volumen limitado;
- ser homogéneo, es decir, tener la misma forma y calidad;
- intercambiarse, almacenarse y transportarse fácilmente;
- ser resistente al desgaste.
Y solo el oro y la plata reúnen todas estas propiedades y podrían sustituir al dinero en efectivo. Sin embargo, si se toma en consideración la modernización de los procesos económicos actuales, su futura circulación sería diferente a la que pudo observarse hace siglos.
Los agentes económicos y los comerciantes podrían salvaguardar sus riquezas en almacenes y cuentas abiertas con uno o varios operadores y obtendrían de ellos recibos que les servirían de sustitutos del dinero en efectivo, explicó el experto a esta agencia. Con ayuda de estas pólizas serían capaces de comprar bienes y hacer inversiones.
"En este caso serían los operadores quienes competirían entre sí, ofreciendo sus sustitutos de dinero, pero la fuente —el oro— permanecería intacta", explicó.
Según Polleit, un mercado de dinero que fuese realmente libre podría existir solo bajo estas condiciones. Y si esto se cumpliese, funcionaría sin problemas, aseguró. No obstante, los Estados actuales con su monopolio sobre el dinero solo sirven para garantizar "su propio dominio y no el de sus ciudadanos", agregó.