"Desde la Unidad Fiscal Delitos de Medio Ambiente, hemos iniciado investigación para aclarar las circunstancias que provocaron el deslave que soterró parte de la colonia Angelitos 2, en el municipio de Nejapa", adelantó Melara en su cuenta de la red social Twitter.
Varios vecinos de la zona achacaron el alud al colapso de la quebrada Villalona, taponada por una empresa cañera, que propició la acumulación y posterior desborde de una corriente de lodo, rocas, árboles y escombros que arrasaron con el caserío del capitalino municipio Nejapa.
El ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, declaró que está por esclarecer si la tragedia fue ocasionada por un deslave en El Picacho, punto culminante del volcán de San Salvador, o por trabajos que una empresa realizaba en la zona, como afirman los habitantes.
"Todavía no tenemos certeza si fue maquinaria o algo de una empresa, es lo que se está revisando en este momento", declaró Rodríguez desde el sitio del siniestro, donde ya fueron recuperados al menos 11 cadáveres de las personas soterradas, mientras 35 siguen desaparecidas.
Geólogos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) adelantaron que una de las causas del deslave fue que el alud se represó de manera natural en la quebrada Los Angelitos, debido principalmente a los acumulados de lluvias caídos el jueves en la noche.
"La policía va a hacer las inspecciones para determinar si como apuntan algunos vecinos ahí se dio una especie de canal que empezó a obstruir el agua y después se destapó de una manera torrencial", agregó el ministro de Gobernación, Mario Durán.
La Dirección General de Protección Civil de El Salvador decretó la Alerta Roja, máxima en el sistema nacional de riesgo, en la zona afectada, donde unos 350 efectivos continúan las labores de búsqueda de remoción de escombros, y rescate de cuerpos o posibles sobrevivientes
El Observatorio del MARN alertó desde la noche del jueves sobre la elevada posibilidad de que ocurrieran desprendimientos de tierra por las lluvias y la saturación de los suelos, sin que fuera activado ningún mecanismo estatal de prevención.
A inicios de junio pasado, los siete miembros de una familia que vivían en el cantón Santo Tomás, del municipio San Marcos (centro), perecieron soterrados en un alud provocado por la tormenta tropical Amanda, que dejó una treintena de muertes en el país.