Para comprender la dimensión de la cifra, podríamos compararla con la de México, que tiene denunciada la desaparición de más de 73.000 personas durante los últimos quince años. O con las personas desaparecidas en Colombia, cuyo conflicto y represión tardó casi 50 años en alcanzar ese número de víctimas.
Sin embargo, en Brasil esta situación no es considerada un delito y tampoco cuenta con un cadastro o registro de casos de personas desaparecidas. La cifra replicada por la Cruz Roja emite una alerta sobre la dura crisis que viven miles de familias brasileñas, para quienes la vida ya no vuelve a ser la misma.
La construcción de la cifra
En 2016 se generó por primera vez este conteo independiente a partir de cifras oficiales, recabando las denuncias de personas desparecidas en Brasil, recolectados de los ministerios estaduales de Seguridad Pública, de Justicia y de Ciudadanía de 26 estados y el Distrito Federal que conforman la Estado Federal de Brasil.
Contabilizan también cifras del Programa de identificación y localización de desaparecidos del Ministerio Público de São Paulo y el Instituto brasileño de estadística y geografía (IBGE).
Es importante señalar los siguientes puntos:
- La información solo recolecta números totales enviados por las instancias mencionadas.
- En el Anuario se reportan también personas localizadas (39.086 en 2019 y 37.619 en 2018) pero no hay manera, por la información disponible, de saber si se trata de los mismos casos denunciados en cada año o en años previos.
- Existe una cifra negra o subnotificación de casos no denunciados ante la Policía, la institución que brinda las cifras citadas.
No hay detalles sobre sexo, edad ni ciudad en la que la persona fue desaparecida, tampoco detalles sobre el contexto del hecho o las pistas que se tienen para su búsqueda.
La Cruz Roja ha señalado la situación "devastadora" que viven las familias que tienen a un familiar desaparecido, cuyas consecuencias se expresan en todos los ámbitos de la vida, sobre todo cuando el desaparecido es el sostén económico.
"Sabemos que hay muchas iniciativas interesantes, muchas personas calificadas y sensibles en el tema, miles de familiares de desaparecidos y grupos organizados, pero notamos que no están muy conectados, son como piezas sueltas de un rompecabezas", dijo Larissa Leite, encargada del Programa de personas desaparecidas de la delegación en Brasil de la Cruz Roja internacional (CICR).
Este programa fue iniciado por la Cruz Roja en 2014 debido a la importancia que tiene el problema para la población con el fin de promover una mayor coordinación institucional en el país, que requiere un tema tan complejo e intricado pero cada vez más común en el continente americano.
A fines de 2017, consiguieron la sanción de la Ley General en materia de desaparición forzada de personas que incluyó un nuevo delito penal al reconocer la desaparición cometida por particulares.