El mandatario conservador justificó su advertencia en la falta de progreso en las negociaciones con la UE, según dijo en una declaración grabada en Downing Street.
"He concluido que debemos estar prepararnos para el 1 de enero con mecanismos similares a los de Australia, que se basan en principios sencillos del comercio libre global", declaró.
Johnson relacionó su respuesta con la aparente intransigencia de la UE que, según dijo, "quiere" mantener el "control de nuestra libertad legislativa, nuestra pesca, de una forma que es obviamente inaceptable para un país independiente".
"Si no hay un cambio de enfoque fundamental, iremos por la solución de Australia", añadió Johnson, implicando el "no acuerdo" con la UE.
El mandatario conservador dejó por tanto la puerta entreabierta a la posibilidad de que se prolonguen las negociaciones sobre la convivencia del Reino Unido y la UE en la era del Brexit.
El negociador jefe del bloque comunitario, Michael Barnier, se ofreció a viajar a Londres la semana próxima a fin de entablar una nueva ronda de contactos.
La UE planea un acuerdo con Reino Unido pero no a cualquier precio
A su ve, el presidente francés, Emmanuel Macron, declaró que la UE está preparada para llegar a un acuerdo de cooperación con el Reino Unido, pero no a cualquier precio.
"Nos estamos preparando para un acuerdo, pero no a toda costa. Hemos invitado a nuestros negociadores a continuar los debates bajo ese enfoque durante las próximas dos semanas", dijo Macron en una rueda de prensa celebrada al finalizar la cumbre de la UE en Bruselas..
El líder galo hizo hincapié en que lograr cualquier acuerdo requiere de ciertos esfuerzos, en particular por parte de Londres.
"También tenemos presente que fue el Reino Unido el que quiso abandonar la UE y está saliendo de la UE, y que necesita más el acuerdo que nosotros", señaló el mandatario.
Durante este periodo de transición, Bruselas y Londres deben ponerse de acuerdo sobre la futura cooperación comercial.
A pesar de los escasos avances en esas consultas, el Reino Unido se niega a prolongar el periodo de transición y, si la situación no cambia, abandonará el mercado común y la Unión Aduanera de la UE en tres meses.