La petrolera estatal mexicana Pemex pasa por un momento delicado. Su alto nivel de endeudamiento se suma a la caída en la producción durante los meses más duros de la pandemia del COVID-19 y a un escenario desfavorable de precios de los hidrocarburos.
"Durante los últimos meses hemos visto cómo diferentes calificadoras le han recortado la nota a Pemex y prácticamente la han dejado en un segmento de bonos casi basura. Esto complica la situación de una empresa paraestatal como esta, absolutamente endeudada", dijo a Sputnik la economista mexicana Paulina Contreras.
El camino elegido por el Ejecutivo para atender el escenario fue la inclusión de sus necesidades financieras en el presupuesto federal. Este lunes 5 de octubre el presidente anunció cinco inversiones en el sector energético que se llevarán a cabo a través de la compañía. Serán parte del Acuerdo para la Reactivación Económica que prevé un plan de apalancamiento de la actividad a través de la inversión.
"En nuestro país no se había permitido la incorporación de los privados al sector energético hasta hace poco más de 5 años, en la administración de Peña Nieto", indicó la profesora de la Universidad Autónoma de Guadalajara.
"[Entonces] se agregó la posibilidad de que los privados pudieran invertir y participar en diferentes vertientes, no solo del sector de gasolinas o de petróleos sino también de gas y de generación de energía eléctrica", agregó.
De concretarse una reforma, se debería decidir cómo actuar ante los contratos firmados y aún vigentes. Paso que requeriría esfuerzos aún mayores e incluso la posibilidad de litigios debido al cambio de condiciones del mercado.
"Hay acuerdos o compromisos legales que no permiten dar marcha atrás a lo que en su momento se acordó con diferentes inversionistas nacionales e internacionales. Por eso resulta un poco contradictorio y complicado lo que se está llevando a cabo", agregó Contreras.
Además —y en la línea contraria a la propuesta por el Gobierno—, sugirió la detención de la construcción de nuevos campos de extracción y el incremento de la asociación con el sector privado.
López Obrador rechazó las propuestas y dijo que continuará la construcción de la refinería en el puerto de Dos Bocas y seguirá con sus planes que se sostienen "en la soberanía nacional".