"A finales del año próximo las cosas podrían volver a la normalidad, en el mejor de los casos", afirmó Gates en un evento en línea organizado por The Wall Street Journal.
Gates, que hizo su fortuna con Microsoft, ha donado 36.000 millones de dólares a la Fundación Bill y Melinda Gates, que tiene como objetivo hacer frente a la extrema pobreza y a la mala atención sanitaria.
El mes pasado la fundación firmó un acuerdo con 16 compañías farmacéuticas que, según Gates, les comprometió a ampliar la fabricación de vacunas a una velocidad sin precedentes, y a asegurarse de que sean distribuidas lo antes posible.
"Ahora la capacidad tardará tiempo en aumentar. Y por lo tanto, la asignación dentro de EEUU, y entre EEUU y otros países será un punto muy importante de la controversia", señaló Gates.
Mientras tanto, el jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, indicó que una vacuna contra el COVID-19 podría estar lista a finales de este año.
El fundador de Microsoft dijo que desde el punto de vista científico las vacunas rusas y chinas eran proyectos perfectamente válidos, pero la ausencia de un estudio de la fase III bien sustentado podría limitar su atractivo fuera de sus respectivos países.
Gates añadió que su fundación mantiene contactos con Moscú y Pekín, y consulta con muchas compañías farmacéuticas que participan en el desarrollo de la vacuna. "De hecho, hay algunas similitudes [entre las vacunas rusas y chinas] con lo que hacen las compañías occidentales. Pero las empresas occidentales se adelantan en la tercera fase de pruebas", afirmó.
Asimismo Gates añadió que en Estados Unidos la gente debería pensar en formas de reducir la indecisión sobre una vacuna contra el COVID-19 cuando esté lista.
El multimillonario también destacó a Corea del Sur y Australia. A su juicio, estos países hicieron el mejor trabajo para equilibrar la competencia entre las necesidades sanitarias y económicas.
"Este es un evento exponencial, un poco de inteligencia desde el principio hace una gran diferencia", supuso.
Mientras tanto, el número de casos confirmados de COVID-19 en el mundo ha superado los 35 millones, según el recuento de la universidad estadounidense Johns Hopkins.
Sputnik V (nombre comercial de la vacuna) genera hasta dos años de inmunidad, según sus desarrolladores. La vacuna consta de dos componentes: el primero se basa en el adenovirus humano tipo 26, y el segundo, en el adenovirus humano recombinante del tipo 5. El medicamento se administra dos veces, en un intervalo de 21 días.
La vacuna pasó dos fases de pruebas y la tercera y definitiva se lleva a cabo ahora.