La discusión sobre la pertinencia de aumentar los gravámenes a los "superricos" es recurrente. De hecho, tuvo uno de sus puntos más altos en 2019, cuando un grupo de millonarios estadounidenses —entre los que figuraban Abigail Disney, heredera del imperio de la animación— o George Soros, redactó una carta solicitando que se les cobrara un impuesto para combatir, aunque en pequeña medida, la desigualdad en su país.
Según explicó a Sputnik el doctor en economía Gustavo García Zanotti, el documento establece el cobro a unas 12.000 personas (0,02% de la población argentina) cuya riqueza es superior a los tres millones de dólares y no afectaría a empresas. Por esto, no actuaría como desincentivo a la producción o a la inversión en el país, como ha sido sugerido por algunos analistas.
"Lo que se va a gravar es riqueza y no ganancias de empresas. El patrimonio que tienen los segmentos más ricos de la sociedad lo tienen en forma líquida, en el sentido de que son activos invertidos en bonos, en depósitos, y no activos vinculados al sector productivo", apuntó.
Sin embargo, para el becario posdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, los usos que asignen al dinero recaudado seguramente sean cambiados durante la discusión.
De todas formas, "es de esperar que de aprobarse el proyecto, una parte de lo recaudado se emplee en la recapitalización de la petrolera estatal YPF", opinó.
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