Uno de los incidentes surge en el mar Báltico, cuando varios bombarderos estratégicos de EEUU realizaban un vuelo de entrenamiento sobre los países europeos y uno de ellos se adentró en el mar Negro, cerca de las costas de Crimea. En este punto el bombardero B-52 se encontró con cazas rusos Su-27 a una distancia de unos 30 metros. Según los oficiales estadounidenses la aeronave rusa que los escoltó creó con sus chorros de escape una fuerte turbulencia en su bombardero.
Estas dos operaciones rusas exitosas contra los sobrevuelos de la OTAN y la Fuerza Aérea de EEUU en Europa, según escribe Tom Rogan en Washington Examiner, pudieron poner en peligro fácilmente a los bombarderos estadounidenses y los altos cargos de la OTAN deberían dar muchas explicaciones al respecto.
"El comandante aéreo aliado de la OTAN, el general Jeff Harrigian, respondió a la incursión de Rusia afirmando que: se mantienen alerta, listos y preparados para tener seguridad en el espacio aéreo de la OTAN 24 horas al día, 7 días a la semana. ¿Por qué Harrigian hace esa afirmación cuando los rusos acaban de demostrar que es falsa?", escribió Roban.
Según el analista, lo lógico era que estas aeronaves hubieran tenido apoyo desde el principio de sus sobrevuelos y si los aliados europeos no querían proporcionarlo, lo cual es una posibilidad, la Fuerza Aérea de EEUU podía haber utilizado su escuadrón de cazas F-16 de la Base Aérea de Spangdahlem en Alemania, pero no lo hizo.
"La canciller Angela Merkel ya ha respondido a través de su indiferencia y no actúan por el gasto en defensa y su simpatía por el Nord Stream 2 de Rusia", señaló Rogan.
El analista también aseguró que durante estos incidentes aéreos Rusia pudo penetrar en el espacio aéreo soberano de Dinamarca demostrando de esta manera, según él, la frágil defensa aérea de esta organización.