La acción se celebró con el presidente Alexandr Lukashenko al frente.
Varios cientos de participantes se congregaron en una plaza para escuchar el discurso del mandatario.
Lukashenko expresó la preocupación por la situación en la frontera occidental del país, por donde proceden las amenazas a la soberanía de la república.
"Las tropas y las fuerzas especiales deben estar allí, en la frontera —yo recién llegué de allí a ustedes— pero estamos obligados a mantenerlas en las calles y las plazas para que velen por la ley y el orden", dijo.
Según el presidente, los individuos pueden entrar sin visado a la región de Grodno y la república e incitan a los bielorrusos a disturbios.
Asimismo, el presidente llamó a prevenir discordias interétnicas.
"No guardamos rencor que los polacos tienen hacia los rusos o los rusos hacia los lituanos, o los lituanos hacia los polacos. En ningún caso se deben permitir las luchas interétnicas. Sería lo último que haremos antes de acabar con nuestro país multinacional", expresó.
También instó a las autoridades pertinentes a extremar la seguridad en la frontera y tener bajo "el estricto control" el desplazamiento de los militares en las naciones vecinas.
"Instruyo al Comité Estatal de Fronteras que refuercen la seguridad a lo largo de la frontera estatal, examinen a cada persona que se mueve para aquí con fines ilegales. Ni un solo mercenario, ni un solo provocador, ni un solo cartucho puede entrar en nuestro territorio", aseveró.
Por otra parte, el presidente ordenó cerrar el 24 de agosto las empresas que se habían declarado en huelga y luego elegir el nuevo personal.
En los primeros días, las fuerzas de seguridad suprimieron las marchas usando gas lacrimógeno, cañones de agua, granadas aturdidoras y balas de goma. Tras varios días de protestas, los agentes dejaron de dispersar las manifestaciones.
Según los datos oficiales, más de 6.700 personas fueron detenidas en los primeros días. Como informó el Ministerio del Interior, cientos de personas resultaron heridas en los disturbios, entre ellas más de 150 agentes de la Policía. Tres personas perdieron sus vidas.