Los jefes de Estado y de Gobierno dirimen el 17 y 18 de julio en la capital belga el volumen y la forma del plan de ayuda para hacer frente a la crisis económica desatada por la pandemia de coronavirus.
El escollo holandés
En La Haya, el primer ministro holandés se mostró aparentemente poco flexible. Reclamó reformas en el mercado laboral español y en su sistema de pensiones como condición a las ayudas. Para hablar del fondo de reconstrucción, dijo Mark Rutte, "es importante que se concreten reformas económicas".
De puro tajante, las propuestas de Rutte sonaron incluso a cierto intervencionismo en la política española. Más aún cuando el acuerdo sobre el plan de recuperación debe aprobarse con un voto unánime, por lo que cualquier voto en contra significará de facto un veto. Pedro Sánchez insistió a Rutte en que si la respuesta de los Estados miembros es demasiado limitada, "nos arriesgamos a que la crisis se haga permanente".
Termina el encuentro con @MinPres. Es vital lograr un acuerdo en el próximo #EUCO, perder más tiempo solo retrasará la recuperación. Necesitamos una respuesta acorde a la magnitud de la pandemia, que nos haga salir de esta crisis con una Europa más verde, digital e inclusiva. pic.twitter.com/P8NyuyS7bT
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) July 13, 2020
Pero las palabras de Rutte no deberían pillar por sorpresa, pues corresponden a un discurso de tónica general. Así lo piensa el economista Juan Vázquez Rojo: "La postura moralizante de Rutte ha sido una constante de los países del norte, ya que a nivel interno tiene gran acogida; recordemos el discurso alemán contra Grecia", recuerda a Sputnik. El también director de la publicación especializada Revista Torpedo, argumenta que está visión "no se sostiene a nivel económico, sobre todo teniendo en cuenta lo que supone formar parte de una unión monetaria".
"En realidad, la postura de Rutte está altamente vinculada a la esencia ultraliberal que cimenta los mecanismos de la Eurozona y que, aunque se han relajado en los últimos años, tienen un gran peso todo lo que ocurre en la zona euro", afirma este economista.
Sin embargo, la postura frugal que encarna Rutte puede basar su lógica en la eficacia fiscal aun cuando Países Bajos es un país de fiscalidad reducida. "Sin entrar en la historia reciente de países como España, cuajada de obras públicas con un nulo o un muy dudoso retorno, muchas construidas con fondos europeos", explica a Sputnik el economista Santiago Niño Becerra:
"Entiendo que economías con un fraude fiscal mucho menor ―la mitad o menos― que la española o la italiana ―con una presión fiscal superior―, y que tienen superávit presupuestario y un nivel de deuda pública inferior, digan que no están dispuestos a entregar dinero a fondo perdido".
Como anécdota, el inicio del encuentro se saldó mediáticamente con una frase que muchos medios de comunicación asumieron con un sentido diferente del original. Según informaron los medios españoles desplazados a La Haya, Rutte, en los prolegómenos de su entrevista con Sánchez, manifestó que "tenéis que encontrar una solución" dentro de España, cuando de lo que se discute es hacerlo en el seno de la UE. Posteriormente, el Gobierno neerlandés precisó haber dicho "tenemos que encontrar una solución".
¿Cuál es la historia detrás del alboroto en torno a las palabras del Primer Ministro holandés sobre España? Abro hilo para explicar la enorme confusión que se creó en la prensa:
— Ana Núñez-Milara (@a_nmilara) July 14, 2020
Salvar un acuerdo para una ayuda eficaz
En su entrevista en Berlín, el presidente Sánchez halló en cambio cierta sintonía con Angela Merkel respecto a la estrategia a seguir. La dirigente alemana convino en que la crisis podría convertirse en una gravísima crisis social si la respuesta no estuviera a la altura, aunque no se mostró optimista sobre las posibilidades de llegar a un acuerdo durante el fin de semana.
"El problema de base para lograr un entendimiento en la llamada Cumbre de la Reconstrucción es que no existe una Europa, sino dos (tres, en realidad)", señala Santiago Niño, que especifica que estas diferencias entre los países del norte con los del sur, hacen que "sus puntos de partida postvirus sean muy diferentes, porque su situación económica era radicalmente distinta antes de que el virus llegase".
Pero la visión que esgrime Países Bajos y comparten los países frugales puede generar tensiones. "Este tipo enfoque lo único que provoca es desestabilizar a nivel económico y político a la zona euro", sostiene Juan Vázquez, quien subraya la necesidad imperiosa de llegar a un acuerdo para los países de moneda común.
Este enfoque lo único que provoca es desestabilizar a nivel económico y político la Eurozona, profundizando los desequilibrios ya existentes derivados del propio funcionamiento del euro 👇https://t.co/l77TgIgdkG
— Juan V. (@artjvrojo) July 16, 2020
"Para la estabilidad de la unión monetaria es fundamental que el acuerdo llegue a buen puerto y se presente como algo positivo para las economías nacionales, ya que en los próximos años el impacto económico será brutal y el descontento social en muchos países puede apuntar a la eurozona", precisa este economista.
Los países frugales quieren recortar el fondo
El socialdemócrata Löfven afirma apoyar la creación de un fondo de recuperación, pero estima que la ayuda a Madrid y Roma debe ser en forma de créditos antes que transferencias a fondo perdido. Además, su dotación le parece excesiva.
Los países del sur tendrán que hacer concesiones, algo a lo que España parece abocada. La mayoría de los países desea salvar la partida de 310.000 millones de euros para subsidios a fondo perdido, la llamada Facilidad de Recuperación y Resiliencia. Pero la partida de 26.000 millones para recapitalizar empresas en dificultades, puede quedar en nada. Se especula con que el fondo podría quedar finalmente rebajado a unos 710.00 millones.
¿Cuál sería el reparto de los 335 MM de euros corrientes de subvenciones del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (recordemos: aún no aprobado) en términos relativos, expresado en euros por habitante y porcentaje del PIB? pic.twitter.com/ThliM7Gu5r
— Enrique Feás (@EnriqueFeas) June 6, 2020
España e Italia, los países más afectados de la Unión, luchan por establecer un fondo de cuantía generosa. Pero los dirigentes de los llamados países frugales, no están de acuerdo ni en el volumen de la ayuda ni en su forma. Además, Países Bajos quiere que el acuerdo se suscriba por unanimidad, algo inaceptable para la mayoría de países, empezando por Italia o España.
Buscando un acuerdo sin política fiscal común
Justo en la antesala de la cumbre del Consejo Europeo, el Tribunal General de la UE falló que la tecnológica estadounidense Apple no debe pagar en Irlanda 13.000 millones de euros en impuestos, como solicitaba la Comisión Europea.
"Y actualmente Apple estaba pagando en Irlanda menos del 0,5%. Es más, llegó a pagar el 0,005%".
"El problema de España", prosigue en su explicación, "es que no tiene nada con lo que negociar: necesita los fondos europeos, su presión fiscal es más baja que la media europea y su fraude fiscal mucho más elevado", concluye Santiago Niño.