Una primera explicación sobre por qué la menstruación podría sincronizarse en las mujeres radica en las feromonas, unas sustancias químicas que liberan los seres vivos con el objetivo de provocar comportamientos en individuos de la misma especie. Aunque está comprobado que los animales las producen, el fenómeno no está tan claro en los seres humanos.
Para comprobar su teoría realizó un experimento con 135 mujeres a las que las expuso a una pequeña dosis de sudor de sus compañeras, suponiendo que este se encontraba "cargado de feromonas". A partir de este momento, todos sus ciclos menstruales se sincronizaron.
Sin embargo, la presencia de las feromonas en los seres humanos no ha sido probada y actualmente esta hipótesis no es aceptada por la ciencia. Hubo muchos detractores del estudio de McClintock que detectaron fallas en el proceso, como que el azar no había sido tomado en cuenta como posible explicación en la sincronización de los ciclos.
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