"Por supuesto, la abrumadora mayoría de la población entiende la importancia crucial [de las enmiendas] para el país, y, en consecuencia, el sentimiento de importancia y el efecto de estos cambios es más bien una cuestión de la existencia del Estado y su futuro", dijo Peskov.
Al mismo tiempo subrayó que las enmiendas podrán entrar en vigor "solo si los ciudadanos las apoyan durante la votación".
Peskov asimismo descartó que la adopción de enmiendas a la Constitución requiera elecciones extraordinarias a la Duma del Estado o un reajuste de puestos clave.
Además, el portavoz del Kremlin aseguró que la votación no representará ningún amenaza para la salud de los ciudadanos y se realizará acatando todas las medidas de seguridad.
Los rusos están llamados a las urnas el 1 de julio para votar un paquete de enmiendas constitucionales que especifican los nuevos requisitos que deben cumplir el presidente, los miembros del Gobierno y el Parlamento y otros cargos relevantes para la soberanía y la seguridad nacional, refrendan las garantías sociales del Estado ante los ciudadanos, modifican las funciones del Ejecutivo y el Legislativo, prohíben la secesión de los territorios de la Federación de Rusia y fortalecen el estatus del idioma ruso, entre otros aspectos.
Además, las enmiendas limitan a dos el máximo de mandatos presidenciales de seis años que una misma persona puede ocupar, aunque esa restricción no se aplica "a la persona que ejerza o haya ejercido el cargo de presidente de Rusia en el momento de la entrada en vigor" de los cambios, es decir al líder actual, Vladímir Putin, y a su predecesor en el cargo, Dmitri Medvédev (2008-2012).
Inicialmente, el sufragio estaba programado para el 22 de abril, pero debido a la epidemia del nuevo coronavirus Putin decidió aplazar la votación.