Hace más de seis décadas que EEUU no preside ese organismo internacional, pero la pandemia, unas elecciones de por medio y el avance de la influencia regional de China parecen haber urgido a Washington a mover las piezas.
Algunos creen que si un candidato de Trump preside el banco, las políticas de este para promover la sostenibilidad ambiental en el hemisferio podrían estar en riesgo. Además, temen un deterioro de las relaciones del organismo con Venezuela.
"Los ejes temáticos que tiene el BID pueden verse postergados en virtud de la ideología del presidente Donald Trump. En estos momentos, el tema central del BID es la sustentabilidad ambiental pero, como Trump no cree en ella, obviamente podríamos hasta pensar que el tema va a quedar socavado", dijo a Sputnik el doctor en Derecho Internacional y Relaciones Internacionales chileno Pedro Díaz Polanco.
En 2017, Washington anunció su intención de abandonar el Acuerdo de París contra el cambio climático tan pronto como estuviera legalmente permitido, alegando que el tratado impone un peso económico insoportable para EEUU.
Este año se conoció que la administración de Trump propone recortar los fondos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA por su sigla en inglés) en un 26%, a 6.700 millones de dólares en 2021.
Venezuela
Claver-Carone, de ascendencia cubana, ocupó puestos en el Departamento del Tesoro y en el Fondo Monetario Internacional antes de su llegada a la Casa Blanca como colaborador directo del presidente.
En caso de que Claver-Carone sea presidente del BID, el organismo perderá toda cercanía con Venezuela, dijo a Sputnik el politólogo chileno Lester Cabrera, profesor en Ecuador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), organismo educativo internacional y autónomo.
"La persona propuesta por EEUU logró sintonía con el ala radical de Trump por la fuerte crítica que hacía al Gobierno de (Nicolás) Maduro. Lo mismo se esperaría con respecto a los cubanos. No va tener un acercamiento con Cuba, Argentina ni con ningún gobierno que tenga una veta más cercana a la izquierda que a la derecha", explicó.
En tanto, Díaz Polanco, alertó también que Washington podría aprovechar al BID para generar "dependencias" y "lógicas clientelistas".
"Con esta candidatura, EEUU determina el carácter político que quiere tener en la región. Hay que entender que la región está (el ultraderechista presidente brasileño Jair) Bolsonaro por un lado y Maduro por el otro. Una forma de poder intervenir en la política interna también es emponderando de recursos a los gobiernos más afines y castigando a los que son contrarios", señaló.
Hasta el momento, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay y Uruguay han manifestado su apoyo a la candidatura de EEUU al BID.
Más hegemonía
Los dos analistas sostuvieron que detrás de la candidatura de EEUU existe el deseo de una mayor hegemonía ante el avance de la influencia china en los organismos internacionales.
"Que una persona de EEUU esté a cargo del BID va a significar mayores posibilidades de financiamiento, va a ser un instrumento directo para poder controlar y con ello disminuir la influencia de cualquier actor en el hemisferio", dijo Cabrera.
El experto señaló que esta candidatura también aumentará la división entre los gobiernos de izquierda y de derecha en la región.
Por su parte, Díaz Polanco sostuvo que Trump, frente a las próximas elecciones en su país, busca fortalecerse y asegurarle a EEUU un sitial de importancia internacional "que históricamente tuvo pero que perdió con los años".
La semana pasada, los expresidentes Fernando Henrique Cardoso (Brasil, 1995-2003), Ricardo Lagos (Chile, 2000-2006), Julio María Sanguinetti (Uruguay, 1985-1990 y 1995-2000), Juan Manuel Santos (Colombia, 2010-2018) y Ernesto Zedillo (México, 1994-2000) también rechazaron la iniciativa de EEUU de postular a Claver-Carone.
Los exmandatarios consideraron que el nombramiento de un ciudadano estadounidense en el BID no anunciaría "buenos tiempos" para el futuro del organismo.
Por otra parte, consideraron que con esta decisión se levanta "otro muro" en la forma de entender la relación entre EEUU y el resto del continente.