El día en que el Gobierno firma un plan de ayuda a la compra de coches, Greenpeace ha pedido el final de las subvenciones a empresas contaminantes. Varios escaladores de la asociación han desplegado una pancarta en la plaza de Neptuno de Madrid, próxima al Congreso de los Diputados, para exigir que no se destine más dinero público a este tipo de compañías, incluidas las automovilísticas.
Desde la agrupación ecologista han criticado también que se pongan a disposición de las aerolíneas más de 1.000 millones de euros en avales públicos, a los que se suma el paquete de ayudas directas de 1.050 millones de euros para la automoción que se aprueba este 16 de junio. "El Estado financia a industrias contaminantes con dinero público en el contexto del COVID-19, comprometiendo los objetivos de reducción de emisiones firmados por España", ha declarado Adrián Fernández, portavoz de Greenpeace, que pone como ejemplo a la industria de la automoción.
"Mientras países como Alemania o Francia concentran sus ayudas en el desarrollo de vehículos eléctricos, España aprueba subvenciones millonarias para coches diésel y gasolina, perpetuando así nuestra dependencia de los combustibles fósiles", ha añadido el portavoz.
Greenpeace ha avisado del riesgo que supone para España seguir basando las exportaciones en vehículos "de combustión interna" y ha subrayado que los países de las principales matrices —como Francia o Alemania— evolucionan rápidamente hacia nuevas tecnologías. "Lo sucedido en Nissan podría repetirse si no se aborda la transformación del sector hacia vehículos de cero emisiones”, ha alertado Fernández.
La organización ecologista señala que es el momento propicio para darle la vuelta al sistema y acometer cambios estructurales de calado que impulsen y fortalezcan al país, sobre todo para afrontar crisis como la climática, que ya lleva tiempo avisando de sus devastadores efectos.
Esta acción se produce el mismo día en que el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar el plan de rescate al motor, que contempla una inversión cercana a los 4.000 millones de euros para incentivar la venta de automóviles, incluidos los contaminantes: aunque las cuantías más altas se entregarán por la compra de coches más eficientes, el ejecutivo también incluyó a otros de combustión diésel o gasolina en las partidas presupuestarias.
Por eso, Greenpeace ha criticado que el Ejecutivo haya "disfrazado" esta ayuda multimillonaria como "verde" cuando "en realidad supone apuntalar un modelo de movilidad basado en el vehículo privado y contaminante". "Este plan de ayuda se ha diseñado al dictado del lobby de la automoción, sin esperar a la recuperación de la actividad y sin evaluar el impacto que supondrá una mayor venta de vehículos diésel y gasolina", han expresado en un comunicado.
🔴 ¡¡ACCIÓN!! Estamos desplegando una pancarta en las inmediaciones del Congreso de los Diputados para exigir que no se destine más dinero público a salvar empresas contaminantes. https://t.co/3C8m6sKPP2
— Greenpeace España (@greenpeace_esp) June 16, 2020
Según su opinión, el Gobierno es "plenamente consciente" de que "es posible conceder ayudas solo a coches cero emisiones, puesto que también se aprueba la ampliación a 100 millones de euros del Plan MOVES II y otros 300 millones para compra pública". "Solo apoyando una flota cero emisiones se podrá garantizar la viabilidad laboral y ambiental de la automoción", argumentan, valorando positivamente que se comiencen a vincular las ayudas a la renta de los compradores y pidiendo mayor progresividad para evitar subvencionar la compra a las rentas altas.