Desde hace dos meses de manera casi puntual llegan a esta zona de Petare (estado Miranda, en el norte de Venezuela y en el este de Área Metropolitana) dos cisternas cargadas con agua, una por la mañana y otra por la tarde.
📎📹 Residentes del este de Caracas aprovechan las lluvias torrenciales para abastecerse de agua en medio de las interrupciones del suministro, mientras el Gobierno trata de mitigar enviando cisternas de agua a diario
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) June 11, 2020
Vídeo cortesía de @MagdaGibelli
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De lunes a viernes la cisterna va primero por la parte baja, luego la parte media y de último la más alta. El servicio de agua lo brinda el Gobierno de Venezuela de forma gratuita, pero para quienes residen en esta comunidad es insuficiente.
"Nosotros lo que queremos es tener agua, tener agua en nuestras casas, tenemos más de seis meses sin que salga agua por la tubería", dijo Lisbeth Machado, quien trabaja como personal de mantenimiento en algunas viviendas de la capital, en diálogo con Sputnik.
"Fíjate a mis 62 años ¿qué estoy haciendo?, todas las semanas cargando agua. Dicen [las autoridades] que se debe a que las tomas de agua tienen problemas, que el área norte no tiene presión y llega hasta La Alcabala [un sector ubicado a menos de dos kilómetros de La Parrilla], así mismo pasa con el gas", señaló la mujer.
Cascada de agua
La cisterna estaba estacionada en la empinada subida de lo que llaman la parte baja del cerro cuando comenzó el torrencial aguacero. Alrededor del camión estaban acomodados en fila e identificados más de 40 envases plásticos azules y pimpinas (bidones), que se resbalaron por la bajada con la lluvia que formó una especie de cascada.
Con el agua por encima de los tobillos los vecinos se pasaban las cubetas de mano en mano para ir llenando con orden los envases azules, aunque la lluvia les adelantaba parte del trabajo.
Un grupo de policías permanecían vigilantes para evitar las trifulcas que se han formado ya en algunos sectores, e inquietos ante la presencia de la prensa.
En las áreas a las que no correspondía que llegara la cisterna ese 8 de junio, cuando estuvo allí Sputnik, los vecinos sacaban sus envases a la calle y muchos de estos se llenaron completos con el torrencial aguacero.
Lluvia para todo
"¿Para qué utilizan esta agua de lluvia?", pregunté, y un rotundo "para todo", casi unísono, fue la respuesta.
Aunque la mayoría lo utiliza principalmente para la limpieza por ser agua turbia y de lluvia, otros confesaron que en ocasiones no les queda más opción que hervirla y usarla para cocinar.
"La uso para el baño y a veces hasta para cocinar, porque no tenemos agua ni para eso, uno se siente deprimido", confesó casi con lágrimas en los ojos Amaritzi Vásquez de 35 años, madre de tres hijos, y dueña de un comercio de venta de café y desayunos en la zona.
La mujer confesó que esa cantidad de agua le dura una semana si no lava la ropa. Si lo hace, le dura solo tres días y su esposo debe ir a alguna de las tomas que brotan del cerro Waraira Repano para buscar más.
Taismara Chico de 42 años, otra de las mujeres que estaba apoyando en la distribución del agua el lunes en medio del aguacero, dijo: "Yo creo que cuando vuelva el agua esas tuberías se van a reventar de lo oxidadas por falta de uso que deben estar".
La temporada de lluvias comenzó en Venezuela, y aunque es un alivio porque muchos pueden llenar sus envases plásticos cuando caen las gotas del cielo, también es una preocupación.
"Una pide que llueva porque por lo menos tenemos agua, pero cuando llueve tienes otro dolor de cabeza, porque por ejemplo se me inunda la casa porque todas esas alcantarillas están tapadas", agregó Chico.
La noche del 8 de junio los truenos y la lluvia duraron casi todo el día y Chico por precaución tuvo que sacar todos sus electrodomésticos de la casa y llevarlos a la vivienda de su mamá a la que no entra el agua porque se encuentran en un callejón más alto.