Recordó que antes de la pandemia del COVID-19, los principales temas para la desinformación eran la migración, las minorías, el entorno, la salud y la seguridad.
"Y ahora se trata principalmente de la sanidad, que es un asunto muy serio y por lo tanto necesitamos medidas sistémicas que no destruyan la libertad de palabra en la Unión Europea pero que sean eficaces", dijo en una videoconferencia organizada por el Consejo Atlántico.
Jourova comentó que se acordó no responder a la propaganda que utiliza información falsa o engañosa.
También indicó que a menudo la información falsa se propaga en la red mucho más rápido que la verídica, y además puede ser difícil detectar la fuente de la desinformación que se difunde en los países de la Unión Europea (UE).
"Pues hay muchos factores que dificultan nuestra tarea", enfatizó la vicepresidenta de la Comisión Europea.
El Servicio Europeo de Acción Exterior (servicio diplomático de la UE) publica periódicamente informes en que se mencionan materiales en medios de comunicación de distintos países –en primer lugar, Rusia y China– que a juicio de los funcionarios europeos son desinformación premeditada.