Para algunos es un hábito diario, otros sienten que lo necesitan y muchos no pueden ni probarlo. Independientemente de lo poco sano que pueda resultar en exceso, o que la ciencia se ponga de acuerdo definitivamente si su consumo moderado es bueno o malo para la salud, también genera controversia su peculiar gusto.
Según un estudio publicado en la revista científica Behaviour Genetics, el gusto por el café se debe, en buena parte, a elementos genéticos y ambientales. "Los factores ambientales sientan las bases en las que tus genes comienzan a tener efectos", explicó el estadístico del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, autor de la investigación.
"Si la persona está inserta en circunstancias que la exponen a beber más café —ya sea que en su trabajo se bebe habitualmente o que haya crecido en una ciudad donde se cultive la planta—, los genes que predisponen su gusto por la bebida van a verse más incentivados. Ambos factores funcionan de forma sinérgica", declaró Williamson en el comunicado del laboratorio.
La investigación tomó los datos del Estudio del Corazón de Framingham de la Universidad de Massachusetts, que desde 1948 recoge, entre cada 3 a 5 años, información detallada sobre la dieta, ejercicio, uso de medicamentos e historial médico de personas emparentadas, con el fin de observar la influencia del estilo de vida y la genética sobre las enfermedades cardiovasculares.
Entre el 36% y el 58% de la ingesta de la bebida está determinada genéticamente según el resultado, si bien se aclara que no se sabe con precisión cuáles son los genes que causan el gusto. Según los datos, había una relación más directa entre el consumo de padres e hijos en tanto mayor fuera la ingesta de café.
Williams explicó que si bien la información genética muchas veces puede explicar determinados comportamientos o enfermedades de los individuos, no fue así en el caso del café. "Al observar el ADN encontramos que un porcentaje muy pequeño de la variación de los rasgos del consumo del café estaba relacionada con lo genético", dijo, y agregó que esto permite observar el protagonismo que adquiere el contexto social al que está expuesta la persona para comprender esta clase de fenómenos.