"Lindo Quito de mi vida, yo te canto con amor; con amor hoy yo quiero cantar, sí señor a mi lindo Ecuador, con amor siempre debes decir: 'ecuatoriano soy'", tarareaban entusiastas ecuatorianos al oír las melodías de dos de las canciones más emblemáticas del país.
Pero el bombero también ha interpretado las canciones más simbólicas de la ciudad costera de Guayaquil, la más golpeada por el COVID-19.
"Guayaquileño madera de guerrero, bien franco muy valiente, jamás siente el temor; guayaquileño, de la tierra más linda, pedacito de suelo de este inmenso Ecuador", canta Quimbita, y ya nadie puede contener las lágrimas.
Quimbita, de 30 años, es parte de una fila de seis trompetistas del Cuerpo de Bomberos de Quito, que en medio del COVID-19 y por iniciativa de su comandante, decidieron salir a los barrios a alegrar con las tonadas de la trompeta a las familias confinadas por la cuarentena establecida por el Gobierno para controlar la propagación de la pandemia.
"Con la trompeta puedo transmitir emociones y llegar a la gente, puedo llevar alegría, momentos diferentes", dice Quimbita a Sputnik.
El propio trompetista ha estado al borde del llanto en alguna de sus serenatas.
"He sabido controlarme; arriba es más sentimental tocar, pero es una gran satisfacción alegrar el corazón de las familias, ver a personas de la tercera edad secarse lágrimas de la emoción", cuenta.
Quimbita ha recorrido diferentes barrios de Quito, ha llegado incluso a hospitales, en donde el personal de salud salió emocionado a seguir con aplausos las tonadas de la trompeta.
"Ha habido sonrisas, lágrimas, aplausos. Yo estoy muy contento de llevar un poquito de esperanza y alegría, de tocar el corazón con melodías. Y nosotros también estamos agradecidos de que las familias colaboren y se queden en casa", destaca el singular trompetista.
Romper el paradigma
Vía virtual, en cambio, el cabo de policía Lizandro Cachago, quien también es artista plástico, da clases de dibujo tres días a la semana a través de Facebook.
"Son clases bastante lúdicas, bastante divertidas, para enseñar a dibujar rompiendo el paradigma de que dibujar es difícil, transmitiendo técnicas y tips", comenta Cachago a Sputnik.
Armado de lápices, pinturas, papeles y otros materiales, el cabo enseña a través de dibujos, letras del abecedario o el calco de la palma de la mano.
En un entorno de estrés como el que se vive con el COVID-19, lograr imágenes dibujando solo dentro de círculos o utilizando solo el color azul, o con objetos que estén a la mano como legos, plastilinas y otros, ayudan a sacar la parte más creativa y a aflorar los sentimientos.
"Pueden ser emoticones, la cara de alguien, líneas, lo que se le ocurra a quien está dibujando", dice el artista.
Lunes, miércoles y viernes, a las 17:00 hora local (22:00 GMT), los alumnos están puntuales en las clases de dibujo. Y no se olvidan de enviar sus obras a un correo electrónico para que el profesor vea sus progresos, pese a que esto es opcional.
Las clases de dibujo fueron creadas para dar una alternativa para el uso del tiempo a las personas, sobre todo a los niños, durante la cuarentena.
Las clases de dibujo durarán mientras dure la emergencia sanitaria por la pandemia. Mientras tanto, lápices de colores, tijeras, papeles, lápices de dibujo y borradores, tienen cada semana una cita con Cachago.