Su papá recibe medio sueldo, aproximadamente 800 pesos por semana, desde que la empresa de Piedras Negras, Rassini, declaró paro técnico a mediados de marzo y envió a descansar a cerca de 3 mil empleados.
Sentando bajo la sombra de un árbol palo blanco junto a su tío Luis, Mario Alberto Rodríguez platica que no ha recibido ninguna tarea ni programa escolar por una sencilla razón: no hay dinero para recargar saldo al teléfono celular.
Su escuela es la Secundaria Técnica Número 30 de Villa Unión a dónde asistía de lunes a viernes hasta antes que la pandemia COVID-19 obligara al sector educativo a suspender clases desde el 20 de marzo, sin embargo, en Coahuila se adelantó dos días esta medida.
En Allende los cibercafés están cerrados y no hay espacios públicos con acceso gratuito a Internet, al menos, Mario no conoce ninguno en esta pequeña población de 20 mil habitantes.
"A mí me están pagando 600 pesos por semana ¿usted cree que voy a usar ese dinero en ponerle saldo al celular?", espeta Luis, quien trabaja en la maquiladora de nombre Jaropamex, una de las primeras en esta región que también entró en paro técnico desde hace un mes.
De acuerdo con cifras oficiales de la Secretaría de Educación estatal, en Coahuila hay un millón 53 mil estudiantes; de ellos el 85% no tiene acceso a Internet.
"Mi mamá trabaja en un puesto de comida, pero también está cerrado, por eso hemos estado aquí nada más", explica el adolescente quien muestra más preocupación por la situación económica de sus padres, que por la perdida relación con su escuela.
En el patio hay otras dos niñas jugando entre gritos y carcajadas, ajenas totalmente al cataclismo que Mario ya alcanza a comprender.
Luis explica que son también sus sobrinas, hija de una de sus hermanas que trabaja en el pequeño municipio de Villa Unión, donde señala que está ganando apenas 500 pesos por semana.
Las dos pequeñas que apenas están iniciando la primaria tampoco han tenido ninguna comunicación con su escuela para seguir con las clases desde su casa.
A pesar de que las autoridades han reiterado que los sueldos se deben pagar completos durante la contingencia, la mayoría de las empresas relacionadas a la industria automotriz en Coahuila aplicaron modelos de paros técnicos que les permitieron rebajar medio salario a los trabajadores, entre los que se encuentran el papá y el tío de Mario.
Con ingresos de 500 a 800 pesos semanales, cada día se ha vuelto un suplicio para los padres de familia que intentan llevar alimento a su casas ubicadas en el barrio El Nogalón.
✒️ FIRMAS por Raúl Zibechi
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) April 15, 2020
Cuando la pandemia de coronavirus se interne en los barrios populares de las grandes ciudades latinoamericanas, estará ingresando por vez primera en un mundo desconocido de pobreza profunda. 🌏
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Mientras tanto para Mario la escuela se ha convertido en un difuso recuerdo, mientras observa con mortificación como crece la necesidad y la desesperación entre su familia por haber caído en una situación de extrema pobreza.