El equipo genera impulsos eléctricos que actúan solo en la piel y no en los músculos.
"Se aplica a un lugar concreto de la piel (...) Cuando tocamos un objeto, el cerebro procesa la señal, compara con la imagen que ya tenemos guardada y nos lleva a sentir una sensación táctil", dice Andréi Kostornói, autor del invento.
El estudiante y su asesor, Serguéi Pobachenko, mejoran el dispositivo para que el usuario pueda sentir, por ejemplo, cómo se posa un mosquito en su piel o cómo dibujan en su cuerpo.
La tecnología que en un principio puede usarse en los juegos en línea, también se emplearía en el manejo de robots.