"Se produjo algo muy paradójico, porque el área de la cultura fue una de las que resultó más afectadas; sin embargo, es la que todavía está sosteniendo el ánimo, la comunicación; este sector es la primera víctima en casi todo, en recortes, hasta cuando hay catástrofes de este tipo, no lo digo desde la ingenuidad, hay mucha gente afectada y gente que está ayudando, pero si vamos a lo anímico, el sostén emocional es la cultura", dijo a Sputnik la directora de la Cinemateca Uruguaya, María José Santacreu.
El nuevo coronavirus, causante de la enfermedad COVID-19, está haciendo que el mundo se enfrente a situaciones inéditas y que miles de personas estén siendo despedidas de sus trabajos o yendo a seguro por desempleo, pero las obligaciones no cesan: comprar comida, medicamentos, pagar la luz, los alquileres, los impuestos.
Ante esta situación, además de las cancelaciones de todos los espectáculos, se suma que otra de las salidas laborales de estos profesionales es dar clases, tanto en sus casas como en institutos, que también, en caso de no poder pasar a modalidad online, se encuentran suspendidas.
"Las consecuencias ni siquiera las tenemos mensuradas, porque la paralización es total, pero obviamente no se te extinguen las obligaciones porque tenés que seguir pagando las cuentas", señaló Santacreu.
El sector cultural muchas veces suele relacionarse a músicos, cineastas, bailarines, escritores, artistas visuales y actores.
"Si yo tuviera que pedir un deseo esperanzador es que cambiara un poco esa idea que tan arraigada en la gente más dura de la política de que la cultura es algo accesorio", auguró Santacreu, directora de una institución histórica en el ámbito cultural uruguayo y regional, fundada en 1952.
Además, la directora de Cinemateca considera que existe una forma de no calibrar la importancia que tiene la cultura.
"Es esa paradoja que se da, y si vos buscás un poco de alegría en situaciones como esta la vas a encontrar con gente compartiendo películas, haciendo recitales por streaming (en directo a través de internet), libros que se han puesto a disposición", explicó Santacreu.
Las consecuencias económicas inmediatas en este sector ya saltan a la vista; Cinemateca, por ejemplo, tuvo que enviar a casi todos sus trabajadores a seguro de paro, debido a que su principal ingreso es la venta de entradas.
Tal como reseña el semanario local Búsqueda, alrededor de 400 trabajadores de complejos de cine fueron enviados a seguro de paro en Uruguay, y lo mismo está sucediendo con los trabajadores del teatro.
El ministro de Trabajo, Pablo Mieres, dijo en el programa Séptimo Día, que en dos días se habían procesado unas 20.000 solicitudes de envío al seguro de paro.
Un horizonte incierto
Santacreu va un paso más adelante y se pregunta cómo van a reaccionar las personas después de que cese el aislamiento social.
"¿Se van a quedar con miedo? ¿Van a pensar en invierno no arriesgarse a salir al cine?", pregunta.
"No sabemos lo que va a pasar, sobre todo con población de más edad, que va a reaccionar distinto que un lugar donde vayan a bailar jóvenes, que de repente se recupera más rápido, porque tienen otro tipo de conducta que el público de la ópera o del ballet o incluso de la Cinemateca, menos juvenil", señala la periodista.
"No queremos mirarnos el ombligo, no hemos hecho ningún movimiento por respeto a las medidas más urgentes de unas autoridades que recién están asumiendo, pero tenemos muchas expectativas para ver qué alternativas puede haber, esperamos ámbitos de contacto con las autoridades", señaló Santacreu.
Al ser consultada acerca de este tema, la asesora del ministro de Educación y Cultura (MEC) de Uruguay, Pablo da Silveira, Agustina Carriquiry, señaló que la situación que atraviesa el sector de la cultura en este momento está entre los temas que alarman a las autoridades.
"Es una preocupación del ministerio y de las autoridades, específicamente del ministro y de la directora nacional de Cultura, Mariana Wainstein", señaló Carriquiry.
Además, indicó que tanto Wainstein como Da Silveira tendrán reuniones con una mesa ejecutiva de la red de directores nacionales de cultura de todo el país, "porque estas situaciones inéditas lo que hacen es que también muchas personas pierdan sus trabajos, y las condiciones cambian, son conscientes, para ellos es una preocupación y para ello están trabajando, las autoridades están pendientes", señaló la asesora.
Los gobiernos y la cultura online
En varios países de la región, como Argentina, Chile, Colombia, Bolivia y Uruguay, los gobiernos desarrollaron plataformas online para que las personas pueden acceder desde sus hogares de forma gratuita a películas, libros, conciertos, obras de teatro y muestras de artes visuales, entre otras opciones.
Por ejemplo, el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires lanzó el programa "Cultura en casa", una propuesta "que busca que las personas puedan seguir encontrándonos a través de la cultura", explicó el ministro de Cultura de la capital argentina, Enrique Avogadro, quien añadió que también tendrá "una sección especial para los más chicos, con talleres y contenidos" y "una sección específica para todos los que quieran aprender, con tutoriales".
Según la ministra de la Cultura de Chile, Consuelo Valdés, el acceso a las plataformas digitales del Ministerio de la Cultura creció 660% debido al coronavirus.
Lo mismo hizo Uruguay con la plataforma culturaencasa.uy que incluye distintas propuestas en las áreas de artes visuales, artes escénicas, cine y audiovisual, letras, música, contenido infantil y juvenil, ciencia
"Hay un mensaje en toda esta iniciativa, que no es menor, y que puede pasar desapercibido, pero es que desde el MEC queremos generar consciencia de la importancia de que se queden en sus casas, el acompañamiento va de la mano con tomar consciencia de qué es el coronavirus, de cómo está irrumpiendo en Uruguay y de que nos tenemos que cuidar", señaló Carriquiry.
En la Habana, un grupo de músicos cubanos se sumó a la iniciativa internacional de hacer conciertos vía internet para llevar un mensaje esperanzador a los millones de personas que se quedan hoy en el mundo recluidas en casa ante el avance del COVID-19.
Carriquiry sostiene que lo que están haciendo los artistas en este momento es "una muestra de solidaridad y de intentar transmitir calma; en estos momentos donde hay un poquito de todo: nervios, situaciones personales, desinformación, lo que ayudan los artistas no solo es brindar y acompañar con ese espíritu solidario sino transmitir calma, y es importantísimo en esta situación".
Pero estos recitales, para todos los artistas que no pueden trabajar, "es más una manera para acompañar a la gente que de resolver los problemas que están afrontando ellos y van a afrontar en el futuro", advirtió Santacreu.
En Bolivia surgieron iniciativas de puesta online de conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional y de una docena de artistas locales con presentaciones en streaming.
Para los amantes del cine se encuentra Retina Latina, una plataforma pública para disfrutar de producciones latinoamericanas, con más de 230 películas.
En Bogotá, el Teatro Colón ofrece jornadas de radioteatro y un recorrido virtual por sus instalaciones, donde se celebró la firma del Acuerdo Final de Paz entre el Gobierno y la antigua guerrilla de las FARC en 2016.
El Gobierno de Colombia tampoco se pronunció respecto a apoyos para la economía naranja (actividades que transforman la creatividad y las ideas en bienes y servicios culturales, artísticos y deportivos), que justamente es la punta de lanza de su plan de desarrollo.