Es lo que afirmó en conversación con Radio Sputnik el autor del libro 'Malditos libertadores', Augusto Zamora.
De acuerdo al también profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid, la obra es fruto de "una investigación histórica muy rigurosa" de casi tres décadas que le llevó a descubrir "las raíces profundas del subdesarrollo" latinoamericano.
Llegó a la conclusión de que el origen está en las guerras de las independencias en las distintas regiones, que en la práctica sirvieron para cambiar el dominio español por el dominio británico.
Refiriéndose a los "llamados libertadores", apuntó que "no liberaron a los indígenas, no liberaron a los negros, no liberaron a los campesinos o a los peones".
Según Augusto Zamora, "hay documentos suficientes" que prueban que algunos de los protagonistas de la independencia latinoamericana, entre ellos figuras como Simón Bolívar, Bernardo O'Higgins o José de San Martín, "pasaron por las oficinas del Foreign Office británico, recibieron dinero, armas, apoyo logístico" de Londres, algo que desembocó posteriormente en "uno de los mayores desastres" que fue "el endeudamiento de los países latinoamericanos con préstamos británicos a intereses onerosos que llevaron la ruina a prácticamente todos ellos".
"Las oligarquías, a las que pertenecían los libertadores, que eran todos terratenientes, millonarios, hacendados, no pensaron nunca en la independencia como la pensaron, por ejemplo, los independentistas de EEUU, es decir, para crear países que funcionaran. Querían sacar a España y punto. No se desarrolló nunca ni hubo una preocupación por el desarrollo de los países, por mejorar la situación de la gente. Simplemente las oligarquías pasaron a administrar los países como si fueran de su propiedad, como si fueran sus fincas, y permitieron que los británicos arrasaran con la economía de cada país de manera que la pobreza se convirtió ya en un mal crónico estructural", aseveró.
"Todo lo que entraba y salía de América Latina tenía que hacerse en barcos británicos, lo que determinó que Gran Bretaña dictaminara, decidiera e impusiera sus reglas a todos los niveles. Aquello fue una catástrofe económica y comercial general para los países latinoamericanos", subrayó.
Recalcó que "el problema terrible es que esa complicidad entre las oligarquías nacionales y el Imperio ahora de EEUU sigue existiendo como tal, como se vio en el golpe de Estado en Bolivia", entre otros ejemplos.
"A EEUU nunca le ha interesado América Latina para otra cosa que como un mercado para sus exportaciones, una fuente de materias primas y un área a la que recurrir para extraer recursos en su esfuerzo por mantenerse como potencia mundial", sentenció.
Advirtió que si esa situación no cambia, Latinoamérica "quedará fuera más de lo que está ya", argumentado que sus países siguen siendo "simples productores de bienes baratos con un escaso valor agregado", al tiempo que es el desarrollo científico-técnico lo que va a "determinar la economía en las décadas futuras".
En este contexto, calificó como "pasos positivos" el acercamiento que se está produciendo con Rusia y China, pero dejó claro que el principal reto está aún por resolverse.
"América Latina tiene que entender que hay que destronar a las oligarquías, que son ellas o los países, y mientras ellas no sean desalojadas efectivamente del poder los países latinoamericanos no tendrán futuro", concluyó Augusto Zamora.