"A juzgar por las deportaciones, por la gente que se ha quedado en México y por los que han logrado entrar en Estados Unidos, en la última década han salido unas 80.000 personas cada año de Honduras", dijo Fuentes en entrevista para Sputnik.
Al menos, el 25% de la población hondureña ha huido del país desde el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 que abortó un intento de reforma constitucional promovido por el entonces presidente Manuel Zelaya.
¿Qué representan las caravanas en este flujo migratorio?
Fuentes lee de esas cifras que "al Gobierno no le importa que la gente se vaya, no hace nada para impedirlo. Lo que no quiere es que la gente se vaya junta", explicó.
Para el periodista, ahí hay un punto clave: "No es que ese millón de personas que se fue, se quedó allá; sino que la mayor parte es gente que intentó irse y fue deportada", formuló.
Para poner las cosas en dimensión, Fuentes aportó los siguientes datos:
- En 2019, hubo 105.000 personas deportadas a Honduras.
- Hay otros 30.000 hondureños en la frontera entre México y Estados Unidos esperando respuesta a sus solicitudes de asilo.
- Otras 3.000 más en Tapachula, Chiapas, sobreviviendo precariamente como refugiados.
- Un gran número de hondureños, cerca de 15.000 personas según Fuentes, están presos en los centros de detención para migrantes de Estados Unidos.
"Sumando, vas a encontrar que en 2019 se fueron de Honduras unas 160.000 personas", sostuvo el reportero, quien comparó esta cifra con las 30.000 que viajaron en las caravanas masivas que se sucedieron en octubre de 2018 y nuevamente durante abril de 2019.
Estas caravanas grandes replicaron el ejemplo que un grupo pequeño y compacto, de unas 1.500 personas vivió entre marzo y abril de 2018 cuando logró viajar por México de manera organizada y por fuera de las redes del tráfico, utilizando el tren La Bestia como transporte.
Las otras 1.200 personas permanecieron en México gracias a las visas humanitarias que el Gobierno Federal les entregó entonces, pero que, según pudo saber Sputnik, no les fueron renovadas al vencerse el año de estancia que se les otorgó esa primera vez.
"Las caravanas no son la modalidad principal para irse del país, sino en los pequeños grupos que se van todos los días, todos los días, todos los días", agregó.
Si paga, pasa
Fuentes refirió un episodio que presenció durante su cobertura de la caravana más reciente, cuando unas 800 personas cruzaban la frontera de Honduras con Guatemala:
"Venía un grupo de otros migrantes, negros, unas 10 personas que yo creí que se estaban sumando a la caravana, pero se cruzaron y subieron a una camioneta que los acomodó. Los vecinos de ahí nos dijeron que la camioneta es de gente que trabaja en la aduana. Ellos mismos tienen el negocio del tráfico de personas", sostuvo.
"Donald Trump está bien equivocado si cree que esta política de firmar acuerdos va a detener esto. Está perdido ese hombre porque aquí podés ser paquistaní, camerunés o iraní. Si paga, pasa. Punto", concluyó.