A simple vista pareciera que el (¿ex?) príncipe Harry es el preferido del público británico. Considerado carismático como su madre —la princesa Diana de Gales—, divertido e históricamente más rebelde ante la monarquía británica con la que creció y se formó.
Tras su muerte, en marzo de 2002, las propiedades inmobiliarias de la reina madre pasaron a manos de su hija, la reina Isabel II. Años antes, sin embargo, desde 1994, Elizabeth ya había previsto que dos tercios de su dinero serían destinados a sus bisnietos Harry y William, quienes en ese momento todavía eran niños. Fue cuando decidió que el menor de ambos recibiría más que su hermano. ¿Por qué?
Más dinero para el príncipe Harry
La reina madre sabía que, eventualmente, su nieto Charles llegaría a ser rey, por lo que, William pasaría a ser príncipe de Gales y heredaría los bienes de ese título. Además, en el futuro, el hermano de Harry heredará la corona luego de su padre.
En cambio Harry no tendrá la misma suerte; está más por debajo en la línea de sucesión. Hasta ahora le sobrepasan todos sus sobrinos: George, Charlotte y Louis. Previendo la situación fue que la bisabuela quiso asegurar más recursos financieros al querido bisnieto.
Si bien la noticia de la herencia trascendió en aquel mismo año, el tema vuelve al tapete tras el anuncio del príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, de independizarse de la corona. Al fin y al cabo, los fondos con los que cuenta la familia son ahora de vital importancia para alcanzar la autonomía financiera.
El Palacio de Buckingham informó de manera oficial que Harry y Meghan ya no serán miembros integrantes de la familia real, además no usarán sus títulos de Alteza Real. No obstante, Isabel II aseguró que "Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros muy queridos de mi familia".