"Aumentando la cantidad de combustible a 60 toneladas (...) conseguiremos que el peso máximo de carga suba a 20,1 toneladas", señaló la empresa en un informe.
La entidad sostuvo que la proporción actual del combustible en la primera y la segunda etapa del cohete no es óptima y limita su capacidad de carga.
Energia propuso también que se modernice la rampa de lanzamiento en la base de Baikonur para que soporte un mayor peso.
La empresa sugirió además el desarrollo de un acelerador más potente para la segunda fase del cohete.
El Soyuz-5 se planea usar en el cohete superpesado Yenisei para los vuelos tripulados a la Luna.
En julio de 2018, la corporación espacial Roscosmos firmó un contrato con Energia por 1.000 millones de dólares para el desarrollo del cohete Soyuz-5.
El contrato prevé cuatro lanzamientos de prueba, el primero en 2023.