Durante las excavaciones de 1949 en la cueva Grotta dei Moscerini, en el centro de Italia, los arqueólogos encontraron 171 herramientas hechas de conchas de almejas. En la misma capa se encontraban los dientes de diferentes animales. Al analizarlos, los científicos pudieron establecer la edad del hallazgo: de unos 90.000 a 100.000 años. Es decir, cuando estos lugares estaban habitados por neandertales.
Los investigadores examinaron unas 167 herramientas. Las 40 conchas conservaron una superficie interior lisa y brillante que indica que alguien había levantado las conchas del fondo.
Las otras habían sido erosionadas por las olas y la arena y probablemente se recogieron en la orilla.
"Los mariscos vivos tienen un caparazón exterior brillante, y las valvas, lanzadas a la playa por el mar durante la tormenta, tienen la superficie mate y cubierta de placa", explicó la autora de la obra Paola Villa.
Los científicos creen que al menos una cuarta parte de las conchas encontradas fueron sacadas del agua mientras la almeja estaba viva. También se observa que, al extraer mariscos del fondo, los neandertales no solo podían hacer raspadores de sus conchas, sino que también se comían los propios mariscos.
Al comparar el número de herramientas de piedra y de conchas en diferentes capas, los investigadores concluyeron que las de concha se usaban de manera mucho más activa. Aparentemente, los neandertales locales solo usaban las herramientas de piedra cuando no había nada más a mano y preferían las conchas.
Asimismo, los científicos encontraron trozos de piedra pómez. Se sabe que los primeros seres humanos modernos, entre otras cosas, las usaban para pulir puntas de flecha de hueso. Aparentemente, los neandertales también encontraron algún uso para ellos.
"Hay fuertes evidencias de que algunos neandertales, o incluso poblaciones, fueron capaces de bucear por los recursos", concluyó el arqueólogo Matthew Pope.
Sin embargo, descubrimientos anteriores sugieren que los neandertales recolectaban mariscos y los utilizaban para fabricar herramientas. Esto demuestra que eran una especie muy desarrollada intelectualmente, indicó.
El estudio se publicó en la revista Plos One.