"Esperemos que [Bolivia] recapacite y que se respete el derecho de asilo y que se aleje de cualquier tentación de tomar o vulnerar nuestra soberanía al querer penetrar en nuestra Embajada; eso no lo hizo ni Pinochet", afirmó el mandatario en conferencia de prensa.
López Obrador expresó su deseo de que "prevalezca la sensatez" y que "prevalezca por encima de todo la política".
Más temprano, el canciller mexicano Marcelo Ebrard anunció que su país presentará este 26 de diciembre un recurso contra el Gobierno de facto de Bolivia ante la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya, por lo que considera un asedio a su Embajada en La Paz.
México denunció en días pasados "la intimidación de la que están siendo objeto la Embajada y residencia oficial de México en Bolivia, lo que constituye una flagrante violación a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas".
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador reiteró el reclamo a Bolivia de que cumpla con sus obligaciones emanadas de la Convención, y que incluyen garantizar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas.
También exigió a Bolivia "cesar la política de hostigamiento y amedrentamiento" y advirtió que si la situación se mantiene, responsabilizará al país sudamericano "por cualquier afectación a la sede diplomática, a su personal acreditado y a toda persona que se encuentre bajo la protección del Estado mexicano en ese país".
Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia el 10 de noviembre pasado y partió asilado a México dos días después.
El 13 de noviembre, tras otorgarle asilo, López Obrador expresó su compromiso de trasladar a su país a alrededor de una veintena de personas que se refugiaron en la Embajada en La Paz.
Morales salió de México hacia Cuba el 6 de diciembre y posteriormente viajó a Argentina, donde tramita el estatus de refugiado.
El 18 de diciembre, la fiscalía de Bolivia ordenó la detención del exmandatario, acusado de "sedición y terrorismo".