En realidad, el polo norte magnético nunca ha sido estático, debido a las fluctuaciones de hierro fundido que ocurren en el núcleo de nuestro planeta.
"Desde su descubrimiento formal en 1831, el polo norte magnético se ha desplazado a una distancia de 2.250 kilómetros. Este movimiento ha sido generalmente lento, lo que permitía a los científicos registrar con facilidad su localización", explicaron en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU.
"El movimiento registrado desde la década de los 90 es mucho más rápido que en cualquier momento de al menos cuatro siglos. Realmente no sabemos mucho sobre los cambios que ocurren en el núcleo y que lo obligan a moverse", aseveró Ciaran Beggan, de la British Geological Survey, citado por el portal Science Alert.
Aunque los científicos no pueden explicar cómo las fluctuaciones causan la agitación extrema del polo norte hacia Siberia, pueden mapear el campo magnético de la Tierra y calcular cómo este cambiará con el paso de años. Lo hacen con ayuda del Modelo Magnético Mundial, que fue actualizado la semana pasada. Esta renovación significa que sus predicciones han empeorado más rápido de lo esperado.