No es un secreto que las estrellas cercanas a la Tierra y las nubes de polvo no nos dejan ver los astros situados a una distancia remota de nuestro planeta. Para superar este obstáculo, los investigadores tienen que utilizar métodos tecnológicos y estadísticos más sofisticados para entender cómo se mueve la Vía Láctea o cómo esta se ve desde fuera.
Además, tuvieron que tomar en cuenta y hacer ciertas correcciones en sus cálculos, debido al hecho de que el sistema solar suele moverse a su propia manera excéntrica a través de la galaxia.
"El disco de nuestra galaxia está rotando, pero no lo hace de una manera uniforme. Los objetos situados a distancias diferentes del centro se mueven a su alrededor a velocidades distintas", explicó al portal Live Science el coautor del estudio Fabio Iocco del Imperial College de Londres.
Esta fuerza de rotación tiene que ser equilibrada respecto a la fuerza gravitacional, causada por la galaxia sobre cada punto del disco.
"Si lo hace para diferentes distancias, desde el centro hasta muy lejos, se obtendrá una estimación de la masa encerrada a distancias crecientes. De esta manera, no solo se podrá calcular la masa total, sino conocer la de distribución", aseveró.
Sin embargo, la Vía Láctea consiste no solo de las estrellas y del gas, sino que incluye también la materia oscura. Los astrofísicos calcularon que su masa debería superar a la del Sol en casi 830.000 millones de veces o constituir un 93% de la masa total de la galaxia.
Los resultados obtenidos ahora fueron comparados con cálculos previos y coincidieron perfectamente con las conclusiones hechas por otros científicos.