"La conversación del 9 de diciembre fue pragmática, ambos presidentes manifestaron abiertamente sus posiciones y sus discrepancias sobre varios temas", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Peskov agregó que el Kremlin espera que ese primer encuentro sea "un buen inicio para el diálogo constructivo dirigido a resolver los problemas acuciantes en las relaciones entre Rusia y Ucrania".
Además, Dmitri Peskov agregó que el Cuarteto de Normandía está dispuesto a ser flexible en la solución del conflicto en Donbás, si no causa perjuicio a los acuerdos de Minsk.
"Cualquier desviación de los acuerdos de Minsk entraña el riesgo de un caos total del proceso de solución, por lo tanto, en el marco de lo que se fija en el texto de los Acuerdos de Minsk, todos están dispuestos a cualquier tipo de flexibilidad", dijo Peskov comentando la posibilidad de un compromiso sobre los Acuerdos de Minsk de que habló el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Tras la reunión, los líderes del cuarteto aprobaron un comunicado sobre la solución de la crisis en Donbás que enfatiza el carácter fundamental de los Acuerdos de Minsk.
Ampliación del Grupo de Contacto
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, propuso en una rueda de prensa tras la cumbre de Normandía celebrada en París, que se unan a la labor del Grupo de Contacto Trilateral los representantes de los habitantes de las provincias de Donetsk y Lugansk que abandonaron sus hogares y huyeron al territorio controlado por Kiev.
"Es imposible cambiar el formato sin que las tres partes aprueben esta decisión", dijo Peskov al comentar las palabras del mandatario ucraniano.
Sin embargo el portavoz no descarta el posible cambio del formato de la plataforma.
Peskov asimismo llamó a Kiev a mantener el contacto con los representantes de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk ya que sin tener en cuenta los intereses de los habitantes de estas zonas será "bastante difícil" resolver el conflicto en Donbás.
Moscú y Kiev mantienen relaciones tensas desde marzo de 2014, cuando la península de Crimea se escindió de Ucrania y se adhirió a Rusia tras celebrar un referéndum en el que la mayoría aplastante de los votantes —más del 96%— avaló esa opción.
El Gobierno ucraniano sigue considerando a Crimea como territorio "temporalmente ocupado".
Además Kiev acusa a Moscú de injerencia en el conflicto armado entre el Gobierno ucraniano y las milicias de Donbás que se desató en el este ucraniano tras el golpe de Estado de febrero de 2014.
Rusia ha negado todas las insinuaciones y junto con Alemania y Francia medió en la firma de los Acuerdos de Minsk entre Ucrania y las milicias de Donbás para poner fin a las hostilidades que hasta la fecha han dejado unos 13.000 muertos, según estimaciones de la ONU.